El frío del invierno no le impidió salir sin destino. Esta segura que no quiere mirar atrás. Silvana Villalba está con ocho de sus hijos en Villa La Ribera, sin casa, viviendo en una vieja casona prestada, durmiendo en ocasiones en la garita de colectivo. Llegó escapada de una situación de violencia de género con su marido. Con quien tuvo sus diez hijos, y estuvo casada 26 años. Hoy pide ayuda a la región.  

Silvana con sus 36 años, decidió huir de su vida. Salió de Margatita, Santa Fe donde vivía con su marido en búsqueda de un futuro mejor. “Me vine porque quiero hacer otra vida y ya no aguantaba más los maltratos. Salí sin pensarlo, me vine con mis hijos”, cuenta en el patio de una casa del ferrocarril donde una señora le permite bañar a sus chicos.  

Al recordar sus pasos previos a llegar a Villa La Ribera sus ojos delatan su tristeza. Cuenta que su ex pareja es alcoholico y que muchas de las veces que llegaba a su casa era violento con ella. “Todos mis hijos son de mi ex pareja, estuve 26 años casada”, indica. Con su mirada fija en el suelo, y sus manos nerviosas confieza: “Me golpeaba mucho. Toma mucho. Ya no quería que me golpee más, varias veces fui a la comisaría y nadie me ayudó. Entonces no aguanté más”. 

“La única solución era irme. Salí por la noche, dije que me iba de mi hermana, y tome un colectivo y me fui. Salí sola, sin que nadie me ayude”, recuerda. Así llegó a la región donde sus días no son fáciles. Está acompañada de sus mellizos de 4 años, una nena de 6, un varón de 9 y otro de 16, las asolescentes de 13, 15 y 18 años.

Al consultarle sobre su familia y porqué no pidió ayuda o se refugió en ellos, Silvana respondió: “No volví a hablar con mi familia, y no quiero molestarlos porque ellos tampoco están bien. Ni que se enteren donde estoy”. Pidió que el equipo no le saque fotos, y se percibía aún nerviosa, entonces aclaró: “Tengo miedo que me siga, a que me haga algo”.

Al llegar a Villa La Ribera encontró ayuda en algunas familias: “Gracias a Sandra Barrias y a la gente de la escuela le dan de comer y ropa a los chicos, pero necesito un techo”. Pide ayuda, con sus ojos mojados. De acuerdo al consejo de varios vecinos visitó la Comuna de Oliveros, y la de Timbúes pero no pudo localizar a ningún Presidente Comunal y volvió sin respuestas.

Como pedido a los vecinos, Silvana indicó que pueden colaborar: “A los chicos le hace falta ropa, calzado, abrigo pero lo único que quiero es un techo para que no pasen frío”.