En la madrugada de hoy, un remisero de Timbúes elevó un aviso a las autoridades comunales sobre cuatro tripulantes de nacionalidad filipina que presentaban aparentes complicaciones en su salud y circulaban con barbijos. Los retiró desde una de las plantas agroexportadoras. Inmediatamente, la administración procedió a la clausura preventiva del sector, pero finalmente todos cooperaron y los hombres se realizaron el control en el centro de salud.
En las primeras horas de hoy, un trabajador comunicó a las autoridades comunales sobre la presencia de cuatro tripulantes marítimos en la Aceitera General Deheza, oriundo de Filipinas, que habían arribado a la terminal y presentaban manifestaciones de salud compatibles con el coronavirus.
Ante la preocupación inminente de la posible propagación del virus en la región, que ya es pandemia, las autoridades comunales se dirigieron rápidamente hasta la terminal y exigieron explicaciones de lo sucedido. Sumado a la ubicación de los marineros que en primera instancia rumoreaban que ante un estado deteriorado de su salud habían sido enviados hasta Buenos Aires.
Mientras tanto, en medio de la incertidumbre, desde la Comuna local resolvieron acceder a la zona portuaria y suspender la actividad en uno de los muelles, evitando que ingresen más personas y sometiendo a exhaustivos controles a quienes se retiraban.
Luego de horas de conversación, desde la firma procedieron a trasladar, con las correspondientes medidas de seguridad, a los mencionados tripulantes, para ser examinados por profesionales de salud del efector local y evitar poner en riesgo a demás trabajadores.
Alrededor de la una y media de la madrugada, se levantó la clausura luego de que el gerente de puerto entregara la documentación de tripulación, donde se constató el buen estado de salud de las cuatro personas, tras ser examinados por el personal específico.
En tanto, la actividad volvió a la normalidad y el alerta no pasó a mayores, pero durante algunas horas se vivieron momentos de preocupación en el lugar. Lo que refuerza la necesidad de un protocolo sanitario específico para cuidar a la zona de la posible propagación del coronavirus.