La comuna de Timbúes decidió sortear una vivienda entre los empleados públicos, luego del debate interno eligieron que las condiciones sería “para todos y por lotería nacional”. El sorteo fue ayer y salió el legajo de un joven trabajador de la Guardia Urbana. “Tuve que aguantar las ganas de llorar de la emoción”, definió Ezequiel Atencio en IRE.
El sorteo fue por número de legajo y se realizó en vivo por la quiniela vespertina . Lo llamativo fue que en los cuatro primeros números no había coincidencia con ningún legajo, recien en el quinto con el número 901 ganó Ezequiel Atencio. Todos los obreros estaban atentos al sorteo, pero justo el ganador le tocó una diligencia.
En diálogo con IRE, todavía emocionado, describió: “Me tocó salir, estabamos con un llamado por una discusión entre una pareja. Me llamaron al celi, fuimos con el movil y entré corriendo”. Y siguió: “Estaba re contento abracé a todos lo que estaban al lado mío y me aguante las ganas de llorar por la emoción. Estoy muy agradecido por la posibilidad que nos dió el presidente comunal Amaro Gonzalez. Estoy más que feliz”.
Ezequiel vive con sus padres, son cuatro hermanos y todavía tres permanecen en una casita alejada del pueblo en la zona rural de Timbues. Coincidió que está en pareja hace casi tres años y estaban buscando de comenzar su vida juntos: “Tenía muchas ganas de conseguir algo para mudarnos juntos, para estar más cerca del trabajo y se nos dio”.
Dias previos al sorteo, todos los obreros comunales fueron convocados para definir algunas reglas del sorteo: “Unos días antes en el patio de la comuna se hizo una votación para elegir si el sorteo era para todos o solo para los que no tenían viviendas”. La mayoría e incluso él eligió que sea “para todos”.
La suerte estuvo de su lado, y ahora restan sólo los últimos detalles: “Me tiene que llamar de la comuna para firmar, creo que será esta semana. Pero ya me entregaron la llave de la casa”. Todavía emocionado el trabajador de la Guardia Urbana celebra su nuevo comienzo y la oportunidad de acceder a su vivienda propia con terreno, que abonará en veinte años una cuota similar a la de un alquiler.