Con la idea de concretar el sueño de la casa propia, dos familias de la localidad de Timbúes llevaron adelante la firma de contratos con una empresa constructora de viviendas prefabricadas. La obra se demoró, las excusas empezaron y todo derivó en el peor final: “Todos fuimos estafados”, manifestó a IRE una de las damnificadas.

Afirman que son al menos 11 las familias que fueron víctimas de una misma empresa: Ramos Constructora, radicada en Venado Tuerto. El sueño de la casa propia rápidamente se convirtió en pesadilla cuando pese a cumplir su parte del contrato y entregar el primer monto correspondiente, la empresa no ponía en marcha las obras.

Al principio “la excusa perfecta era la pandemia”. La situación epidemiológica impedía que dieran comienzo a los trabajos correspondientes, pero el tiempo pasó y las familias comenzaron a reclamar, pero en ese momento dejaron de recibir respuestas. Por so decidieron unirse en un grupo de Whats App para seguir los detalles de cada caso. 

Florencia es de Timbúes y confió a IRE que en 2020 firmó contrato con la constructora y entregó una importante suma de dinero como parte del financiamiento de la casa. Conforme al acuerdo, una vez que la familia tenía llave en mano, se debía seguir pagando una serie de cuotas.

De acierdo al modelo de vivienda se entregaba una suma particular. En el caso de Florencia fueron casi 300 mil pesos. Sin embargo, hasta el momento no recibieron respuesta alguna. Incluso otra familia de Timbúes padece la misma pesadilla.

En la misma situación se encuentran tres familias de Rosario, una de Arroyo seco y otras de Álvarez, Casilda, Alcorta, Victoria y Firmat. A todas les pasó lo mismo: Entregaron una importante suma de dinero o incluso vehículos como parte de pago, pero la vivienda nunca llegó. “Todos fuimos estafados y desaparecieron, nunca dieron la cara”, manifestó Florencia.

Asimismo, aseguró que el hombre en cuestión, al frente de la firma constructora, tiene numerosas denuncias en su contra, pero pese a poner abogados para lidiar con la situación, los resultados no fueron alentadores. El hombre no tiene nada a su nombre que lo pueda perjudicar en un embargo. “No podemos hacer nada, el dinero que le dimos no va a volver. Los abogados nos dijeron que es en vano”, lamentó la vecina víctima de la estafa.

Ante la frustrante situación, decidieron hacer la denuncia pública y escrachar a la firma para que “no le pase a otras familias”. Advirtieron que la empresa sigue activa y no quieren que más personas atraviesen su misma pesadilla. “Otra cosa no vamos a poder lograr”, expresó.