El 15 de marzo se conmemora el Día Mundial de los Derechos del Consumidor, una fecha clave para recordar y reflexionar sobre las protecciones legales que amparan a las personas que adquieren bienes y servicios. Este día se originó a partir de un discurso pronunciado en 1963 por el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, quien destacó por primera vez los derechos fundamentales de los consumidores. Su intervención ante el Congreso fue un hito histórico, y años más tarde, en 1983, el movimiento global comenzó a celebrar el Día Mundial del Consumidor, lo que permitió visibilizar la importancia de garantizar los derechos de quienes consumen.

El 9 de abril de 1985, la Asamblea General de la ONU adoptó un conjunto de directrices para proteger a los consumidores, estableciendo ocho derechos esenciales que deben ser respetados y promovidos en todo el mundo.

  • Derecho a satisfacer las necesidades esenciales: tener acceso a bienes y servicios fundamentales, como alimentos adecuados, vestimenta, vivienda, atención médica, educación, servicios públicos, agua potable y saneamiento.
  • Derecho a la seguridad en productos y servicios: ser protegido/a contra productos, procesos de producción y servicios que puedan poner en peligro la salud o la vida.
  • Derecho a la información: recibir datos claros y precisos para tomar decisiones de compra informadas y ser protegido/a contra etiquetas engañosas o incompletas.
  • Derecho a elegir: poder seleccionar entre una variedad de productos y servicios disponibles a precios competitivos, con la garantía de calidad adecuada.
  • Derecho a ser escuchado/a: asegurarse de que los intereses de los consumidores sean representados en la formulación y ejecución de políticas gubernamentales, así como en la producción de bienes y servicios.
  • Derecho a ser compensado/a: recibir un trato justo ante reclamaciones legítimas, incluyendo compensaciones por productos defectuosos o servicios insatisfactorios.
  • Derecho a la educación del consumidor: adquirir los conocimientos y habilidades necesarios para tomar decisiones informadas y responsables sobre bienes y servicios, así como estar informado/a sobre los derechos básicos y cómo ejercerlos correctamente.
  • Derecho a un entorno saludable: vivir y trabajar en un ambiente que no ponga en riesgo el bienestar actual ni el de las futuras generaciones.