Esta semana los colectivos de la empresa Serodino SRL fueron reemplazados por unidades de Tata Rapido y Rosario Bus. Luego de un fin de año complejo, las unidades dejaron de prestar el servicio interurbano y cerraron así casi 90 años de historias compartidas.  

Guillermo Ariela es de Serodino, trabajó como conductor y luego de 32 años de servicio se jubiló. Entro en el 88, quedó efectivo en el 89 y condujo unidades blancas con letras rojas hasta marzo del 2022. Trabajé con Don Francisco Stumpo, el hijo de Don Natalio, cuando entre la empresa ya tenía 50 años”, describió. 

Para Guillermo, Serodino SRL fue mucho más que su empleo y deseó desde muy pequeño ser parte: “Yo ame la profesion, me crie arriba de los colectivos porque mi mama era usuaria de la empresa y desde muy chiquito nos llevaba al parque independencia de Rosario y así descubri mi vocacion”.

Y recordó: “Me embobada mirando a los coches. Era mi lilusion un dia ser chofer de la empresa. Cuando cumplí mis 22 años ingrese a Serodino Galvez con unos coches viejos, por tierra. Despues tuve la suerte, y tocaba el cielo con las manos, cuando me dieron la oportunidad de ser parte de la empresa”. 

Hizo la linea Serodino Rosario y hasta amplió el recorrido y desde el 96 al 2011 hizo turismo. Siempre dispuesto confió: “Tuve la dicha de conocer el pais y paises limitrofes trabajando en la misma empresa”. Recordó que en la función que sea necesaria estaban, cambiaban focos o reparaban lo que esté a su alcance: “La empresa era nuestra, nos sentiamos parte, era algo muy loco y muy lindo”.

Luego continuó con sinceridad: “La familia Stumpo me dio todo. Cuando entre la empresa tenía cuatro coches y tres servicios. Nosotros ayudamos a que creciera, se levantara”.

 

A través de su empeño fue consiguiendo más obligaciones: “Con el tiempo me convertí en instructor de la empresa. Pude enseñarle como hacer el oficio y siempre me esforce a que se respetara y valorara la empresa. Enseñe a amar la profesion, el trabajo, el cuidado de las unidades, al pasajero”. 

En paralelo, como todo lo que realiza con pasión también había rivalidades: “Rosario Bus fue la competencia mas grande desde que 9 de julio se pasó. Uno que amaba la camiseta, peleaba con la empresa en todo sentido, en buscar el pasajero, en cuidarlo”. 

Pero ahora, con el fin de las frecuencias interurbanas la sensación de tristeza se suma a la de derrota: “Estamos muy tristes, el pueblo está triste de no ver el orgullo que teníamos al decir -Ese coche es de mi pueblo-“. Y cerró: “Hoy tenemos la competencia, esos que corríamos, que pasan por el frente de mi casa”.