En una jornada de luto por el fallecimiento de Miguel Lifschitz, autoridades y vecinos de toda la región despidieron al ex gobernador y recordaron el importante trabajo que realizó en cada una de las localidades de la provincia. En Serodino, destacaron que fue quien tomó la decisión política de comprar la casa natal de Juan José Saer para que Serodino tenga un Centro Cultural donde la obra del escritor siga echando raíces. Un enorme desafío que quedó inconcluso, pero que tuvo un importante comienzo sobre el cual se deberá seguir trabajando. 

Marcela Bredice, una de las pioneras del grupo serodinense Zona Saer y profesora de letras también, recordó que en agosto de 2015 Miguel irrumpió en una reunión que se llevaba a cabo en la Biblioteca Manuel Belgrano y celebró con el grupo la figura del poeta Roque Nosetto, a quien se le estaba brindando un homenaje en conmemoración a su nacimiento, en su pueblo natal.

Al terminar el encuentro, el grupo habló con el entonces gobernador sobre Saer, sobre las ganas que tenían de recuperar la casa y transformarla en museo, de difundir su figura y de trabajar hasta que cada uno de los serodinenses supieran quién era ese escritor por el que el mundo conocía al pueblo. “Miguel nos prometió su apoyo”, contó Bredice.

Y confió: “La palabra prometer en política, no tiene mucho sentido. Al menos, no la tenía en ese entonces para mí. Pero un día, recibí un llamado. Ya corría  el año 2015. Nos convocaba el secretario de Desarrollos Culturales de la provincia, Paulo Ricci. Quería conocernos (a los integrantes de Zona Saer)”.

Miguel era gobernador y había comprometido a un equipo para trabajar por la figura del literario en Serodino y en toda Santa Fe. Desde el 2016 al 2017 se celebró el año Saer, el ex gobernador hizo la apertura y desde el grupo le obsequiaron un mate con el nombre que los identifica.

Durante ese periodo se filmó una película, se hizo un congreso internacional, la extraordinaria muestra Extensión Saer y también se publicaron y distribuyeron gratuitamente en las escuelas de toda la provincia, miles de ejemplares de una recopilación de los relatos más representativos de Juani, como lo conocían al escritor.

“Al año siguiente, se recuperó el inmueble. Fue un tiempo antes de que Miguel terminara su mandato como gobernador. La casa de Juan José Saer volvió a ser suya y a ese hito que coronó el proyecto de nuestro Zona Saer, se sumaron en este último tiempo, muchas otras obras que “saerizaron” aún más el pueblo”, detalló la integrante del grupo y añadió: “Tuve la suerte de conocer y trabajar con gente que era como él. Gente creativa, inquieta, operativa, responsable. Gente imprescindible para hacer políticas culturales”.

“Puedo enumerar más anécdotas en las que Miguel me enseñó que la mayor virtud de una persona es dar la palabra, hacer honor a la palabra, no faltar a la palabra. Y así como cuando era niña, vi en los ojos de Hermes (Binner) la virtud de los grandes hombres -el día en que siendo médico me puso el paño de la bandera en las manos-, en los ojos de Miguel todo era verdad, todo siempre será  verdad”, expresó Bredice.

Y concluyó: “Esos dos hombres me hicieron volver a creer en la política, en el trabajo responsable y en la voluntad de las buenas intenciones. Y como escuché decirle a un compañero hace apenas unas horas: tratemos de no llorarlo, solo sigamos su ejemplo”.

Cabe destacar que durante el periodo de su gestión, se impulsó un proyecto para “preservar la memoria y la obra” a través de la conservación de los lugares simbólicos de su vida y el mantenimiento de su legado literario.

En ese marco se propuso declarar 2025 como Año Saer, debido a que se cumplirán 20 años de su muerte, ocurrida el 11 de junio de 2005. Además se propuso el Día Saer cada 28 de junio, en homenaje a su nacimiento, en el año 1937 en Serodino.

Así, se buscó que las obras de Saer, publicadas o a publicarse, “sean accesibles para bibliotecas populares y establecimientos educativos, y que se aborden para cultivar vocaciones tempranas en niños y niñas”.

El proyecto dispuso además la creación del Premio Provincial de Literatura Juan José Saer, con el objetivo de reconocer el talento literario de escritores y escritoras en lengua española, con una retribución monetaria, la publicación y la distribución de la obra ganadora.

Estuvo contemplada también la creación un programa de conservación, mejora y mantenimiento de bienes y espacios de interés cultural para la geografía vital de Saer, declarando “Espacios Notables Saerianos” a sitios relacionados con su vida o mencionados en alguna de sus obras, y cuya antigüedad, diseño arquitectónico o relevancia cultural y literaria le otorguen un valor propio.

Por último se propuso crear el Consejo de Investigación Literaria Saer, con la finalidad de preservar el legado del escritor y contribuir a la difusión en el ámbito nacional e internacional de su obra a través de seminarios, debates, conferencias, talleres y otras actividades.