Con una mística especial ayer Atrevido, como se llama la primera botella de vino de Serodino, hizo historia. El jóven Pablo Drovetta decidió reconvertir sus tierras en una invitación a disfrutar de la naturaleza, el turismo y la cata. Una idea innovadora que convocó a la región en su primera cita culinaria. El resultado gustó, gustó mucho.
Atrevido tiene el sello de Drovetta Wines y de Serodino, es el primer viñedo del departanento Iriondo y uno de los pocos que habitan Santa Fe. El proceso de selección, cuidado y hasta la vendimia fue un atractivo colectivo, especial. Como la primera degustación.
Ayer a la tarde, un grupo de vecinos de la región fue parte del hito. Se destaparon las botellas de tannat y tempranillo y comenzaron a circular las copas. El día de un sol maravilloso acopañó, también la música y la delicada decorción campestre.
“Todo surgió de manera muy loca, ver a esta gente contenta probando el vino reconforta un montón, está muy bueno”, comenzó Pablo Drovetta en diálogo con IRE. Impulsor de la propuesta, con una sonrisa de satisfacción y todavía sorprendido por el despliegue.
Su idea gustó, conquistó seguidores y genera grandes expectativas. Así nació Atrevido que viene con tinte familiar: “El nombre me lo aconsejó mi tío de Holanda, en cierto punto, es por como es uno y me gustó usarlo”.
En total salieron 66 litros, aproximadamente unas 80 botellas de dos varietales. “El tannat es el más popular que se está probando, por el momento”, confió divertido. Quizas el tinte más ácido del tempranillo será un desafío para el paladar regional.
Por su parte también acompaño el presidente comunal, Juan Pío Drovetta, quien se mostró satisfecho apoyando la iniciativa local: “Innovar nos identifica a los serodinenses, Pablo y su familia lo logró, son acciones que demuestran que esto va a seguir creciendo. Es el primer viñedo en el departamento Iriondo”.
Y en ese contexto definió: “Tengo sensaciones gratas y de agradecimiento a gente joven que invierte, le mete onda y trabajo. El viñedo formará parte del recorrido turístico, somos privilegiados de tener esto acá. Es fantástico”.
La luna caía sobre las vides mientras el rojo pintaba el cielo del atardecer. Drovetta Wines dejó de ser un sueño para volverse realidad. “Siempre pensé en que mucha gente pueda disfrutarlo. La idea es ir avanzando en los proyectos”, cerró Pablo. Quizas todavía asumiento lo que acababa de pasar.
Familia, amigos, región, magia, música y vino, así se inauguró. Y así se proyecta, Atrevido.