Promovida por la escuela especial, Serodino fue sede de una charla conferencia que encontró a la región escuchando a Marcelo Rocha. El psicólogo, psiquiatra, escritor y docente puso la lupa sobre la “Convivencia como base de la inclusión” y replanteó la mirada sobre las infancias: “Hay que volver a recuperar la mirada natural sobre los niños, es decir, ya no mirarlos desde sus características. En la escuela de los niños deben ser alumnos, no deben ser rótulos”.
El salón del Club Boca estaba repleto, unas 200 personas de la región dijeron presente y escucharon atentamente los conceptos que Marcelo Rocha recorrió: “La convivencia como base de la inclusión escolar tiene que ver una investigación teórica y de exposiciones de la práctica. Trabajo con niños, adolescentes y jóvenes con problemáticas subjetivas graves y discapacidades. Observé que había muchas cuestiones que eran hora de ponerlas en palabra, de describirlas y de contarlas en conferencias”.
Así se gestó este encuentro que es parte de su octavo libro, puntualizando su seguimiento sobre el rol de los profesores, docentes e instituciones en las infancias: “Estamos parados en el paradigma de la inclusión educativa, pero considero que para que exista una verdadera educación inclusiva debe existir la convivencia como base. Si no hay convivencia creo que hablamos de una pseudo inclusión, es decir vamos a las escuelas y vemos a niños llamados incluidos pero salen a los recreos están solitos. Creo que la función de la escuela tiene que ver con dar la bienvenida al otro, pero también de que ese otro, llamado incluido, sea alguien para los otros que lo están esperando en la escuela. Es decir, tiene que ver con esto, con un proceso de identificación, de amistad también”.
Entre los planteos estructurales que dejó el psicólogo remarcó: “Hay que volver a recuperar la mirada natural sobre los niños, sobre las niñas, es decir, ya no mirarlos desde sus características y tratar de ver de qué se trata o a qué refiere esa característica, qué rótulo de turno, sino con poder mirar a las infancias de una forma limpia, natural. En la escuela de los niños deben ser alumnos, no deben ser rótulos”.
“Hay que volver a recuperar la mirada natural sobre los niños, sobre las niñas. Ya no mirarlos desde sus características y tratar de ver de qué se trata o a qué refiere esa característica, qué rótulo de turno, sino con poder mirar a las infancias de una forma limpia, natural. En la escuela de los niños deben ser alumnos, no deben ser rótulos”
Y haciendo un paralelo para llevar claridad añadió: “Los niños al igual que los adultos deben defenderse de las situaciones traumáticas que viven y cuando se defienden producen determinadas situaciones, conductas, síntomas, inhibiciones, por eso es importante porque hay que entender el mundo psíquico de la infancia para ya no juzgarlos a través de un rótulo y de un método, porque eso es otra de las cuestiones. Si hay un rótulo, hay un método para tratar a ese supuesto niño con ese rótulo. Y eso es un problema, porque nos convertimos en adiestradores de niños en vez de comprender de qué sufre ese niño”.
Sin lugar a dudas, el adulto que acompañe el proceso de ese niño debe contemplar el rol que ocupa, según el profesional el propósito de la conferencia es “entender también cómo se construye un niño en la infancia, cómo lo construimos. Más que nada hoy en día donde la situación social es muy compleja, donde hay muchas pantallas, donde salimos de una pandemia. Esas situaciones generan efectos directos en la construcción de lo que es un niño y una niña”.