Durante el viernes pasado una cortina de humo sorprendió a la comunidad de Puerto Gaboto en horas de la siesta. Durante la noche, la situación empeoró y las llamas se apoderaron del panorama frente al Paseo Ribereño, a la vera del río Carcarañá. Este hecho se sumó a los pasados incendios en las islas al frente de la ciudad de Rosario provocando gran preocupación por la pérdida del hábitat de los animales que allí habitan.
Juan Martín Mastropaolo, guardafauna honorario de la provincia de Santa Fe y voz autorizada en estos hechos, confió a IRE que “los incendios intencionales obligan a una importante cantidad de animales a desplazarse a otros lugares poco habituales”.
Las islas, afirmó, son el hábitat de más de 300 especies de aves, además de carpinchos, aguará guazú, yacarés, entre otros. “Ningún ser vivo puede resistir a las llamas, al humo o a la pérdida del hábitat, que demora muchísimo en regenerarse”, lamentó Mastropaolo.
Asimismo, indicó que “un incendio natural, no es lo mismo que un incendio intencional” en relación a los daños que produce. Durante las últimas semanas se registraron quemas de pastizales durante jornadas de fuertes vientos y refiriendo a esto, sostuvo que “al animal no le da tiempo ni de escaparse” por lo que los daños ocasionados son irreversibles.
“La disminución de la flora y fauna es alarmante. El cambio va muy lento y nos estamos quedando sin nada. Hay que poner cartas en el asunto y concientizar de manera global”, añadió el guardafauna.
Por otra parte, refirió a la aparición de guazunchos, aguará guazú y otras especies en lugares poco habituales, como sucedió durante la cuarentena que mantenía a la ciudadanía en confinamiento: “Es increíble. Se ven animales que hace muchísimo no se veían. Es evidente que el humano hace todos los daños, no sabe convivir”.
En ese sentido, apeló a la responsabilidad ciudadana y requirió que, en caso de observar algún animal silvestre o fuera de su hábitat, llamar inmediatamente al 911 para que los oficiales alerten a las autoridades competentes y lo pongan a salvo.
“Lo que más me preocupa es la mansedumbre del animal, están muy entregados a la tranquilidad y no distinguen quién le puede hacer daño. También pueden lastimar a las personas”, agregó.
Siguiendo esa misma línea, Mastropaolo abundó: “Hay que evitar que estén en contacto con la gente, capturarlos sin que sufra ningún daño, llevarlos a un veterinario que los revisen y regresarlos a su hábitat”.
Por último, dando un aire más positivo, destacó: “A las islas hay que darle un descanso y se va a recuperar. El problema que en el tiempo que los animales no pueden regresar a ese lugar, se desplazan hacia otros y pierden su lugar, su grupo, su familia, complicándose cada vez más”.
“Dejando tranquilo el lugar no va a haber mayores inconvenientes. Obviamente no hay que provocar quemas descontroladas por intereses comerciales privados, está muy mal”, sostuvo el guardafauna.
Además comentó que “en algunos lugares van a cazar prendiendo fuego y esperan del otro lado a los animales que salen” por lo que en esos casos tiene que intervenir la policía y darle una pena ejemplar para que no sigan depredando. “Es terrible. Lamentablemente lo he visto”, concluyó.