La preocupación invadió a los vecinos que encontraron aproximadamente 10 bidones de glifosato que fueron arrojados en el inicio de un camino rural a la vera de la Ruta 10 entre Serodino y Carrizales. Especialistas determinan que este tipo de conductas irresponsables de algunos productores puede derivar en consecuencias desde el punto de vista de la salud.

A principios de septiembre, un hecho similar ocurrió en una vivienda de timbúes, donde la propietaria denunció el hallazgo y describió: “Cuando me acerqué, me hizo dar nauseas”.

De acuerdo confirmaron conocedores en la materia al ser un material caro, no queda mucha cantidad adentro, pero sí en las paredes y el fondo de los recipientes. Asimismo, destacaron que si por descuido, una persona entra en contacto con ellos, le puede producir algún tipo de reacción alérgica u otra manifestación de salud.