El martes la joven actriz Thelma Farid, acompañada por el colectivo de Actrices Argentinas, dio a conocer la denuncia penal que hizo contra Juan Darthes, quien la violó hace nueve años cuando ella apenas tenia 16 y el 45. Farid y sus compañeras sellaron y fortalecieron un largo camino de lucha que viene transitando el movimiento feminista en el país desde el primer grito de “Ni una menos”. Ahora, las voces se escuchan en toda la región.

IRÉ dialogó con la Comisaria e integrante de la agrupación feminista “Mumalá”, Mariela Aranda, y siguió desandando éste camino de re-construir junto con otras, lo que la violencia de muchos años destruyó a su paso: “Thelma fue muy fuerte y supo organizarse junto con sus compañeras. Juntas dejaron a la vista la fuerza de la unión, del acompañar. Lo que está sucendiendo es muy fuerte, si las emociones pudieran hablar, reflejarían dolor pero despues emoción y una inmensa alegría por lo que logra desde la visibilización”.

En ese sentido, comentó: “La tarea ahora es mas sencilla, pero queremos comunicar sobretodo a las personas que aun no se sienten atravesadas por lo que está sucediendo, queremos despertar y generar conciencia, invitar a aquellos que aun observan y no participan a que se sumen a ésta lucha, que no sean indiferentes y puedan alejarse de los juicios infundados”.

Arandas señaló el importante cambio que observó en éste último tiempo: “Hace años atrás cuando estabamos frente a un caso de éstos, actuabamos de otra manera, los protocolos eran distintos e incluso llamabamos a los abusos de otra forma. Es super importante conocer la validez de lo contado, de lo narrado, de las palabras”.

Y resaltó: “Celebro este momento de visibilidad. Hay que reflejar con mucha responsabilidad en el mensaje que se le envia a la sociedad toda. Sabemos que los varones también viven situaciones de violencia, pero la que sentimos nosotras dia a dia es generada por otros varones, que en un gran porcentaje son cercanos, amados, que forman parte de nuestro circulo mas intimo. Por eso no es facil que aparezca la palabra, la denuncia”.

Y en esa linea, ejemplificó: “Hace años atras tuve que asistir a una niña de 9 años que habia sido manoseada, sin penetración, por un familiar. Y su tia, al acompañarla pudo contar recién ahí que su papa habia abusado de ella cuando era pequeña. Recién cuando escucho a su sobrina, despues de 35 años, pudo contarlo, pudo develarlo”. Arandas expresó: “Fuimos educadas para callar, para ocultar nuestros sentimientos”.

Por último, recomendó: “Es importante aconsejar que la mujer que sufrió un abuso, debe ser señalada como en una situación de vulnerabilidad, que es pasajera, que no dura para siempre y no como victima para reconstruir desde ahí. La fuerza de contarlo, debe ayudar a sanar, a superar esa situación y por eso es fundamental la compañia de otros para volver a armar”.