Una sorpresa, que terminó en una buena acción. Rosana estaba el fin de semana atendiendo su negocio en Villa La Ribera junto a su nieta Rebeca. Entregó un pedido de carnadas y luego, al llegar el próximo cliente encontró en el sector una bolsita con casi 4 millones de pesos. Primero se alertó, luego empezó a atar cabos para tratar de descubrir de quien era hasta que dio con un empresario de San Carlos Sud. Ayer finalmente la devolvió y narró la historia a IRE: “Ese es el ejemplo que quiero dejarle a mis hijos y especialmente a mis nietos. Nunca quedarnos con algo que no nos pertenece. Estos actos llenan el alma de felicidad”.
A finales de noviembre delincuentes redujeron a Rosana en su negocio y se llevaron todos sus ahorros. Fue un momento de mucha angustia y bronca, pero que más allá de lo vivido nunca dudó de hacer una buena acción cuando llegó el momento. Este fin de semana, estaba en su negocio de pesca, como siempre. Recibió a varios clientes y entre ellos fue un hombre a buscar un encargo de su hijo.
En su relato, la mujer explicó en IRE: “El señor vino a comprar la carnada. El hijo me había hecho una transferencia y el papá lo vino a retirar, pero no sabía que el hijo no me había pagado todo, entonces se fue a la camioneta mientras estaba contando la carnada”. Mientras ella hacía el trabajo, el hombre “Se puso a hablar con Rebequita, mi nieta, que estaba ahí. Al rato él se fue. Yo volví a ese sector cuando vino otro cliente, y vi una bolsita de nylon, de esas finitas, con un montón de plata. Casi me muero, la agarré y la escondí”.
“Yo volví a ese sector cuando vino otro cliente, y vi una bolsita de nylon, de esas finitas, con un montón de plata. Casi me muero, la agarré y la escondí”
Cierto es que estaba a la vista y fue una sorpresa para Rosana: “Había plata en efectivo y cheques, no se bien el total porque no lo conté. Pero por los valores debe haber habido más de tres millones de pesos“. Inmediatamente empezó a pensar qué hacer: “En un primer momento me desesperé por encontrar de quién era porque nadie se había contactado conmigo. Empecé a pensar quienes habían entrado y de quien podía ser”.
Después, en diálogo con su nietita, coincidieron en que se trataba del hombre que había ido a buscar la carnada: “Intenté ponerme en contacto pero no me podía comunicar, no me contestaba nadie, pero resulta que yo le hablaba al teléfono del hijo. Cuando me atendió le pregunté el teléfono al papá y me preguntó para qué y le dije -Porque creo que se olvidó algo-. Tampoco le quería decir, porque no estaba segura que había sido él. Al ratito me mandó un mensaje y el papá me llamó y me dijo que no se había dado que había dejado el dinero“.
El empresario de embutidos de San Carlos Sud “había vuelto de cobrar una deuda y pasó a buscar la carnada. Había puesto la plata en la guantera, después se olvidó que le había bajado y cuando el hijo le avisó se dio cuenta que no tenía la bolsita”, le explicó.
Ayer a la tarde el hombre regresó a Villa La Ribera y tras agradecer el gesto se llevó su dinero. También le dejó un regalo a la pequeña Rebeca, que estaba feliz. “Me encantó poder hacer bueno, me llena el alma”, resumió Rosana con su alegría característica. Y no dudó en puntualizar: “Ese es el ejemplo que quiero dejarle a mis hijos y especialmente a mis nietos. Nunca quedarnos con algo que no nos pertenece. Estos actos llenan el alma de felicidad”.
“Me encantó poder hacer bueno, me llena el alma. Ese es el ejemplo que quiero dejarle a mis hijos y especialmente a mis nietos. “