Según la Camara de Comercio e Industria la producción alcanzó el valor más bajo de los últimos 20 años, lo que se traducirá en la mitad de los granos transportados hacia los puertos de la región. Las expectativas son negativas y las esperanzas agropecuarias se fijan recien en el maíz de segunda aunque “hay que ver la realidad”.
En diálogo con IRE, el gerente de la Cámara de Comercio e Industria de San Lorenzo y Zona, Gabriel Abbo, explicó: “La situacion es compleja no sólo en la región sino en todo el país, mas que todo en la pampa húmeda donde se realiza la mayor recolección de cereales”.
El contexto climático fue clave en la negativa: “Después de las sequías que vienen azotando al país en los últimos tres años, sobre todo a la provincia de Santa Fe, hace pensar que lo que se iba a cosechar hay que reducir mas de 50%. En trigo fue mas del 60%, en soja mas de 50%”.
Y como la esperanza es lo último que se pierde, Abbo reforzó: “La única expectativa que hay es del maíz de segunda, pero sólo es expectativa. Vamos a ver la realidad mas adelante”.
Esto significa entonces un panorama desolador, sobre todo económico: “Esa cifra de cantidad de viajes menos es bastante clara. En campañas normales se esperan entre 1,5 millones y 1,8 millones camiones, en esta cosecha hay que reducirlo a mas del 50%”.
Explicó además: “Obviamente los viajes que están computados por cantidad de transporte y cantidad de operaciones también se ven reducidos. Lamentablemente estamos en un panorama donde al estado les esta faltando 20 mil millones de dólares, donde de acuerdo a la información obtenida es una situación que no se vivía de hace 20 años”.
Y reforzó: “Es algo muy perjudicial para toda la cadena de valor, afecta a las regiones donde son muy dependientes de la parte agropecuaria”.
Más allá de que no toda la región se dedica al sector agropecuario, el impacto será sgnificativo: “Lo que hoy esta pasando en el país, el faltante de ese dinero en las arcas del estado, afecta al desarrollo del estado pero también afecta a los negocios más chicos de la región. Desde las terminales que van a estar con capacidad ociosa, la gente que no se va a contratar, el combustible que no se va a gastar, los neumáticos que no se van a cambiar, las actividades en el campo que no se van a realizar, las maquinas que no se van a renovar, las pymes que no van a dar horas extras. Es una cascada que se va achicando y que impacta directamente en cada uno de los actores”.