La aparición de alacranes se hace más significativa en estos meses del año donde las temperaturas habitualmente se mantienen elevadas, y comienza a encender alarmas en las familias, sobre todo en aquellas donde se encuentran menores o personas con bajo peso, ya que son los más vulnerables.
El especialista en control de plagas, Pablo Páramo, explicó que “muchos integrantes de la familia arácnida mueren por contacto directo con cualquier veneno, pero este particularmente es más resistente por sus características y por cómo vive”.
Las medidas de prevención en cada una de las viviendas, son fundamentales para evitar contacto con estos insectos, los paliativos más comunes son: veedarle los ingresos con burletes en las puertas y todo lo que sea cámara de aire u oscuridad, sumideros, entretecho, entre otros.
También se recomienda sellar las grietas, los plafones, revestimientos de pared, los filtros en rejillas y tener bien pegados al techo los ventiladores. Además evitar juntar “mugre” y escombro.
Bajar la población de bichos de los que los alacranes se alimentan también es muy importante, los tóxicos y químicos ayudan en este proceso, volviendo un poco más seguros los ambientes del hogar.
¿Qué hacer si me pica un alacrán?
En caso de picadura concurrir rápidamente al hospital más cercano para su atención y tratamiento. Como produce intenso dolor, se puede colocar hielo en el sitio afectado para aliviar las molestias mientras se transporta a la persona. Si durante la consulta se detectan síntomas de gravedad, el paciente recibirá suero antiescorpiónico para neutralizar la toxina.
Cómo reconocer a un alacrán
El Tityus trivittatus es la especie que con más frecuencia se encuentra en la región y la más peligrosa. Presenta una cola con aguijón y púa, pinzas alargadas y el dorso con tres rayas longitudinales oscuras.
La longitud de un ejemplar adulto de alacrán es de 60 a 65 milímetros, generalmente de color amarillento o amarillo amarronado, con tres bandas oscuras longitudinales en su dorso. Los ejemplares más jóvenes son de coloración más rojiza, tienen cuatro pares de patas y un par de pinzas.
Al ser de hábitos nocturnos, como la claridad lo afecta, permanece oculto durante todo el día. Es frecuente encontrarlos en lugares habitados por el hombre, en sitios con maderas caídas, escombros, tejas, ladrillos; como así también dentro de las casas, en grietas de paredes, pisos, zócalos, huecos de revestimiento de maderas. Asimismo pueden encontrarse en desagües, habitaciones y depósitos sin aireación, detrás de cuadros, bajo muebles o entre la ropa y calzado.