En medio de un atípico año, con una histórica bajante que interpela a la sociedad en su conjunto y sobre todo a los pueblos costeros, un grupo de vecinos de Puerto Gaboto sumaron sus capacidades artísticas y crearon Tiempo de bajante”, un repaso a través de historias en primera persona sobre los comportamientos costeros.
Si hablamos de río en la región, uno de los principales referentes es Puerto Gaboto. Allí se gestó este proyecto que intenta reflejar este fenómeno a través del relato de vecinos que han trabajado el río desde distintos oficios o que simplemente son baqueanos del lugar, tal como confió María Laura Bosso, integrante de esta iniciativa, en diálogo con IRE.
“Somos unos apasionados del relato oral, consideramos que en ellos está la posibilidad de recuperar muchas porciones de la historia y Gaboto, como un montón de pueblos, son portadores de historias y en este momento nos convocó la bajante”, expresó la docente.
Sin dudas y de acuerdo con Bosso, la bajante transforma notoriamente el paisaje, generando distintas sensaciones y miradas poéticas que rememoran a otras bajantes. Por ello, unieron estos testimonios históricos junto a poesías, música, imágenes y distintas manifestaciones de arte en general.
“Es un escenario en el paisaje que merecía ser conservado en imágenes, que merecía ser mostrado y contado por los protagonistas, que son los más indicados para evocar el paisaje en otros momentos y transmitirnos qué está pasando en este momento”, abundó la docente.
A través de esta propuesta, se puede tanto aprender como entender diferentes cuestiones que tal vez son desconocidas para pobladores cercanos al río y esto, contó Bosso, fue lo que se vio reflejado a través de los comentarios que les fueron transmitiendo. “Es la recompensa al trabajo, ese cariño que vuelve convertido en palabra y nos hace inmensamente feliz”, expresó.
El equipo está integrado por docentes en su mayoría y un fotógrafo. Una también tiene pasión por la danza y se dedica a su enseñanza, mientras que otro viene de una familia de pescadores y tiene un gran vínculo con el río, entre otras particularidades que hacen que de este trabajo una interesante apuesta artística relacionada a una problemática que estuvo en boca de la mayoría de los santafesinos durante este año marcado por la bajante y las quemas en islas.
“Esa mirada artística hace que uno, frente a determinadas cosas, reaccione. Es un proyecto que nace de nosotros, nos juntamos porque nos interesaba el tema, porque veíamos el paisaje transformado y porque el río estaba convocando a la gente”, sostuvo Bosso.
En ese mismo sentido añadió: “Por las orillas, la gente se daba cita naturalmente, porque querían ver ese paisaje. Tratamos de plasmar este momento histórico y permitirle a estos relatos orales que nos hagan conocer otros”
Por otra parte, la docente confió que para este trabajo “se pararon sobre el epígrafe” tomado de una canción de Mercedes Sosa que reza: “Todo cambia… Y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño”. “Entendemos que esto es un proceso natural, cada cual lo va relacionando y haciendo sus conclusiones, porque el conocimiento lo lleva a pensar en un paisaje que se transforma”, sintetizó.
Y siguiendo esa misma línea, agregó: “Contamos historias sin buscar culpables. Le damos la palabra a quienes viven el río para que sean ellos quienes puedan contar qué está pasando, cómo lo viven, cómo lo han vivido en otras épocas, las diferencias y cómo se transforma el paisaje”.
“Esta fue una experiencia bellísima, tenemos muchas ganas y muchas cosas en vista, lo disfrutamos a más no poder y ahora nos presenta la posibilidad de seguir contando y ojalá que así sea. Para toda persona que quiera ver este material, la invitación está abierta”, finalizó la docente.