Así es Puerto Gaboto, sorprendente y natural como su historia y su gente. Este pueblito costero de la ribera santafesina tiene el alto privilegio histórico de ser el Primer Pueblo Argentino. El 9 de junio 1527 el marino veneciano Sebastián Gaboto al servicio de la Corona Española funda del fuerte Sancti Spíritus en la confluencia de los ríos Coronda y Carcarañá, territorios ocupados por chanás-timbús, carácaraes, corondas y guaraníes. Es el comienzo de la etapa del Descubrimiento y hasta aquí llegaron los europeos persiguiendo el sueño de La Sierra de la Plata o el País del Rey Blanco. Este hecho se toma como primer antecedente fundacional de nuestro pueblo.
El solitario “rincón” del fuerte Sancti Spíritus, fue tierra de alumbramiento: la primera misa, los primeros mestizajes, la primera organización judicial y policial, la primera siembra y cosecha de trigo en tierras del Plata, y para que nada le falte a la gesta, hasta los dolores de la tragedia padeció cuando el fuerte fue destruido. Tragedia que fue contaba y popularizada en la Leyenda de Lucía Miranda hacia 1612.
En Puerto Gaboto también se produce el encuentro entre las Entradas Conquistadoras Españolas provenientes del Océano Pacífico y del Océano Atlántico. Luego de la destrucción de la fortaleza siempre existieron grupos humanos asentados en Puerto Gaboto ya sea en forma de “pueblo de indios” o de hombres blancos. A lo largo de sus casi cinco siglo nuestro pueblo tuvo varios nombres, los cuales fueron recopilados magistralmente por el historiador Amadeo Soler: Pueblo Sancti Spiritus, Fuerte de Sancti Spiritus, Torre de Gaboto, Mástil de Gaboto, Puerto Nuestra Señora de la Buena Esperanza, Fuerte de Gaboto, Rincón de Gaboto, Reducción y Paso de los Toldos, Capilla de la Concepción, Curato Ntra. Señora del Rosario de Calchaquí, Calchaquí, Paso del Carcarañá, Posta Río Carcarañá, Parada del Carcarañá, Carcarañá o Carcarañal, Puerto Vicente Pérez, Puerto Gómez, Gaboto y Puerto Gaboto.
Después de 1852 los cambios políticos nacionales otorgan a los pueblos costeros autonomía para manejar sus asuntos portuarios. Puerto Gaboto comienza siendo un puerto de cabotaje para embarques de la región pero con el incremento de la actividad comercial y la llegada de trabajadores golondrinas con sus familias que se establecen aquí, se transforma rápidamente en un importante referente portuario. La llegada de europeos, a partir de 1870, y la formación de colonias en las zonas aledañas al éjido urbano contribuyen a su desarrollo económico-social. Desarrollo que se caracteriza por la instalación de fábricas de aceite de pescado, mayor actividad portuaria, establecimiento del saladero de Zamora, proliferación de casas de acopio de cereales, telégrafo, ferrocarril, resguardo aduanero, comisión de fomento, comercios de ramos generales, hoteles, fondas y comedores, creación en 1865 de una escuela pública de primeras letras para varones, construcción de la Iglesia, etc. Finalmente, el 30 de noviembre de 1891, por pedido de Lisandro Paganini se realiza la primera traza del pueblo y se oficializa el mismo con el nombre GABOTO. Produciéndose así la segunda fundación y el ingreso al siglo XX que por más de tres décadas traerá progreso, trabajo y crecimiento de la mano del puerto ultramarino. La crisis del 30´ nos dejará como consecuencia el cierre del puerto y con ella otros treinta años de abandono y despoblamiento. Recién a fines de los 60´y principios de los 70´ renacerá la esperanza de crecimiento de la mano del Turismo Regional, la “industria sin chimeneas” que recupera y pone en valor toda la riqueza histórica y natural de nuestro Puerto Gaboto.
El siglo XX deja en Puerto Gaboto huellas profundas de su paso. Desde el esplendor de sus tres primeras décadas hasta el desconcierto, la desesperanza, la desocupación, la pobreza y el despoblamiento generado por el cierre del puerto y de las arroceras (a fines de los años 50). En los 70 el fuerte Sancti Spiritus y su historia volverán a imprimir vigor al pueblo turístico. El siglo va tocando a su fin entre el retorno a la democracia y las nuevas prácticas políticas, los intentos de incentivar el turismo regional, mejorar el nivel educativo formal, mientras continuaba la vida cotidiana de sus pobladores debatiéndose entre el progreso imaginado por la acción del turismo y la explotación de su riqueza fundamental dada por la caza y la pesca.
Ricardo Gonzalez
Profesor de historia
Centro de Estudios Histótricos