El jueves pasado, el teléfono sonó en la comisaría para anunciar que una mamá estaba pronta a dar a luz. Una enfermera del hospital y dos policías la asistieron. Hoy Eleonora, la mamá y Julieta, la beba de 3.200 kilos gozan de muy buena salud y le abrieron las puertas a IRÉ para contarnos la experiencia.
“El 19 de enero por la mañana, embarazada de casi ocho meses, comencé a sentir dolores en la espalda, fuí al hospital donde me mandaron a casa de vuelta. Tenía contracciones mudas y no lo sabía. Me duché con agua fría para relajar la zona, y tuve un parto muy lindo”, narra tranquila Eleonora. Mientras Pía de cinco años juega alrededor de su silla, y ella con una mano asiste a Alessandro de un año y con la otra, a la pequeña Julieta de unos días.
“Por suerte no estaba sola en casa, me acompañaba el papá de la bebé, Claudio Bianchi, y mi papá”, dice. Todavía sin precisar la secuencia exacta en la que tuvo a su tercer hija en el baño de su casa. Recuerda que: “En ese momento, Claudio salió a comprar algo para comer, y antes de que se vaya, le pedí que tenga a mano el bolso con la ropita del bebé porque no sabía si iba a tener”.
Pero, el tiempo no alcanzó y Julieta decidió nacer: “Fui al baño a ducharme, después necesité sentarme un rato para intentar calmar los dolores y normalizar la presión, ni bien me siento, me vino una contracción fuerte y pensé en no retenerla, en seguir a ver qué pasaba. Y pasó. Cuando me levanté logré agarrarla en mis brazos”. Y agregó: “Les pedí que llamaran a mi tía María porque tenía mucho miedo. Y llamaron también a la policía”.
Sonriente, fresca, con simpatía comenta: “En ese momento jugó mi instinto maternal, junto con tácticas porque mi mamá fue enfermera profesional, y mi sueño siempre fue ser partera. Nunca pensé que en mi propio parto”. Y entre risas, bromeó: “Ya estoy preparada por si alguien necesita una partera”.
Cuenta que fue una linda experiencia, distinta: “Los oficiales que me asistieron fueron dos: Ibarra y Calcaterra: unos genios. Junto con la atención de la enfermera del hospital de Gaboto, Andrea Rich: un lujo. Mis tres héroes. Gracias a ellos mi hija es mitad policía y mitad enfermera”.
Los tres ayudantes llevaron a la mamá hacia el hospital: “Me llevaron en patrullero a Maciel, porque la ambulancia estaba transportando a otro paciente, y de ahí me trasladaron al hospital Granaderos a Caballo de San Lorenzo”, destaca la buena atención de todos los intervinientes.
Julieta pesó 3.200 Kilos, es una niña pequeña y fuerte. Según Eleonora ya tiene su carácter y llegó al mundo llamando la atención. ¿Habrá más bebés en la familia? “Por ahora con ella estamos completos como familia, pero si viene un próximo integrante, le abriremos las puertas, porque para eso estamos”, sonrió la mamá.