Ayer, muchos “chicos” que pasaron por las aulas de la escuela primaria Sebastian Gaboto 292, recordaron con nostalgia y cariño aquellas jornadas compartidas con la seño Vilma Fabbro. A los 86 años, la maestra y gran colaboradora del comedor dejó de existir físicamente para instalarse en sus corazones. 

Vilma comenzó su carrera como docente en Puerto Gaboto a los 18 años, allá por el año 1951. Vivía en la zona rural, cerca del pueblo costero al que le dedicó su vida. Inclusive asistió muchos años a las aulas en carreta. También administró el comedor, y en 1976 se jubiló.

La recuerdan como una mujer “muy solidaria e humilde” y confiaron que en más de una vez “ponía plata de su bolsillo para comprarle a los proveedores” para que los chicos tengan sus alimentos. De esa manera, tan solidaria y cariñosa, la recordó Marta Yelpo. 

Además, desde el Museo de Maciel, indicaron que Vilma inició con su hermana Hilda, a quienes hace unos años le hicieron un homenaje colocando una placa en la escuela 292. 

“La docencia es una profesión especial porque deja huellas en cada uno de nosotros, ser seño no es solo en la escuela sino fuera también”, comenzó el comunicado oficial de la comuna, y siguió:”Hasta que les toca partir, no dejan un vacío porque se mudan a nuestros corazones, como lo hizo en nuestra localidad la seño Vilma Fabro, la cual nos dejó físicamente. Por tal motivo queremos enviar nuestras condolencias y un cálido saludo a sus familiares y amigos recordándola con el mismo amor que brindó en nuestra escuela primaria”.

Fotos: Museo Maciel.