Desde la empatía de un niño, que supo ponerse en lugar de otros que atraviesan diferentes situaciones y tienen distintas posibilidades, y por supuesto la escucha de un grupo de mamás, nació el sueño de ayudar a través de un comedor, a todos aquellos que atraviesan necesidades alimenticias.
¿Por qué no podemos tener para que comamos todos? Fue el planteo de Santiago, un nene de seis años, a su madre al ver que otros niños lloraban porque no tenían qué comer. Y desde su postura solidaria nació la idea de crear un comedor para que los más necesitados puedan acceder al plato de comida diario.
En diálogo con IRE, la tía simbólica del niño y propotora de la actividad, Vanesa Roldán, expresó: “Sabemos que la situación es dura en todos lados, la idea es no bajar los brazos, seguir adelante y que la gente se sume para poder realizar este sueño que anhelamos tanto”.
El compromiso y la entrega con el proyecto es tal, que una edificación destinada a ser un hogar propio fue cedida para concretar el comedor. La madre y dueña de la casa, resaltó que ella también ha pasado momentos difíciles e incluso atravesó por una situación de calle.
“Mi casa es muy humilde, con mucho esfuerzo he podido levantarla y falta poco para terminarla. Decidí ayudar a otra gente donando mi casa para que este sueño sea realidad, para que aquellos que necesiten puedan acceder a un plato de comida”, remarcó Vanesa.
El primer objetivo es terminar de construir la casa. A la misma, solo le falta finalizar la colocación del techado, como así también material para la construcción de un baño y un contrapiso. Una vez realizado, ya podría comenzar a funcionar el comedor.
Por su parte, María Aguirre, madre del niño por el cual inició este sueño, puso en palabras lo agradecido que se encontraba el su hijo. “Estoy re contento, gracias por hacerme caso, nos vamos a juntar y vamos a tener todos para comer”, fueron las palabras de Santiago.
Asesoradas, a través de desarrollo social, buscan que el proyecto una vez iniciado se sostenga en el tiempo. Por tal motivo, solicitaron un aval en la comuna de Puerto Gaboto, donde la presidenta tomó el compromiso.
“Sueño de un niño” nombraron a este solidario proyecto. Aproximadamente 100 o más tornillos para colocar las chapas del techo y 15 bolsas de portland, son los elementos faltantes para terminar la construcción del espacio físico. Por lo cual, se solicita la ayuda de los vecinos.
Además, se reciben donaciones tales como leche, mate cocido, te, chocolate, harina, y otros productos necesarios para poder comenzar con el merendero.
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