Hace un año, cuando la pandemia irrumpía en el país, distintos grupos de vecinos se organizaron de forma espontánea para extender una mano a aquellas familias cuya situación económica se vio más complicada. Esto es lo que hicieron Rodolfo y Cristián en Puerto Gaboto, junto a otros colaboradores. Comenzaron a entregar copa de leche los días viernes y luego sumaron una vianda de comida cada domingo. El pasado fin de semana, cumplieron un año de trabajo acompañando a los vecinos que más lo necesitan.

“Lamentamos decir que cumplimos un año, porque debería haber sido un par de meses nada más. Pero llegamos a esta instancia y vamos por más”, aseguró a IRE Rodolfo Rodírguez, veterano de Malvinas, pastor y organizador del comedor.

No menos de 300 raciones de comida fueron entregadas cada domingo, en el momento más difícil de la pandemia. Con el correr de los meses, a medida que se reactivó la actividad económica, fueron disminuyendo las personas que se acercaban por un plato, pero igualmente continúan entregando de 80 a 160 viandas por fin de semana.

Todo comenzó en medio de las primeras restricciones. Atentos a la compleja situación que atravesaban los vecinos de sectores más vulnerables, sobre todo aquellos que trabajan de forma irregular, al día o tienen muchos chicos, Rodolfo y Cristian comenzaron a preparar la copa de leche y convocar cada viernes a quienes lo necesitaran, luego empezaron a sumar un plato de comida cada domingo y el pasado fin de semana cumplieron un año de trabajo, sacando sonrisas y llenando la panza de distintos vecinos.

“Se armó un equipo de trabajo lindo, varias hermanas y hermanos se han sumado desde que arrancamos con todo este movimiento y seguimos trabajando. Tratamos de suplir las necesidades básicas que están a nuestro alcance, pero hay muchas otras que no lo están. No es fácil hoy en día hacer tanta comida y tener todos los elementos que necesitas”, afirmó el vecino.

Vale destacar que Puerto Gaboto sintió fuerte el cimbronazo de la pandemia, siendo un pueblo muy vinculado a la actividad turística, que se vio limitada por la situación sanitaria, refiriendo a ello, Rodolfo dijo: “El turista siempre deja una monedita, siempre algo compran acá. El turismo siempre ayuda a la economía y al no tener ese movimiento de gente en el pueblo, se sintió. Hay gente que se quedó sin trabajo”.

Por último, y con el objetivo de seguir ayudando y apuntalar a aquellos casi 100 vecinos que aún asisten por la copa de leche o a almorzar cada domingo, invitó a los vecinos que quieran sumarse con colaboraciones acercándose a Mendoza 437. “Estamos medio complicados porque lo que teníamos lo fuimos usando. Siempre es bienvenida la donación. Lo administramos para que nos alcance”, expresó.