Quien dio la noticia, con tinte de desesperación fue la mamá de las niñas que sufrieron abuso por parte de este joven. Todos son de Pueblo Andino, y mantuvieron una fluída vinculación hasta que se destapó lo sucedido. Una de las chicas, de once años, contó el manoseo y destapó la terrible historia de su hermana. “Antes era bueno y se volvió malo, me duele el corazón”, cuestionó inocentemente una de las nenas.
Andrea, la madre, decidió luego de radicar la denuncia hacer pública la situación: “Hace unos días me enteré que un retorcido chico de 16 años, abuso de mi hija más pequeña cuando tenía ocho años de edad, callandolo durante un año y con consecuencias como es de esperarse en la escuela, hogar, pesadillas, tristeza. El sábado 25 manoseo a mi otra nena de once la cual hablo inmediatamente. Debido a eso la más pequeña con temor de esta persona se anima a hablar provocándole una crisis de nervios”.
Luego, siguió reclamando ante la aberración que sufrieron las pequeñas: “Le abrí las puertas de mi casa, confíe, este adolescente asiste a la iglesia evangélica del pueblo. Donde tiene contacto con otros niños que tal vez corran el mismo peligro”.
Con gran impotencia enfatizó: “No sé si hay condena para estos casos cuando los menores son abusadores, solo se que quería matarlo. Hasta que ví la mirada de sus padres atónitos ante mis gritos de desesperación e impotencia. Les pedí disculpas por haber ido a su casa , pero les dije si yo no defiendo a mi hija quien lo va a hacer”.
Y siguió: “Ayer pase por la iglesia , y estaba ahí acomodando un instrumento musical como si nada”. Mientras “En mi casa solo hay llanto se respira impotencia y desesperación, no logro dormir”.
Cabe destacar que la familia oficializó la denuncia en la comisaría de Pueblo Andino y les aconsejaron no dar nombres aún, hasta tanto mantengan una reunión con el fiscal.