El senador por el departamento Iriondo convocó a Sebastián Mascherano para recorrer las doce localidades del departamento y realizar a través de su historia de vida una concientización sobre las adicciones en los colegios. Este viernes estuvo presente en Pueblo Andino y antes de comenzar la charla conversó en IRE.

En diálogo con IRE, Sebastián Mascherano, sintetizó: “Hace cuatro años tomé la decisión de empezar a concientizar, luego de dar una charla en el colegio de mi hijo y de ver cómo podía, a través de un relato, educar y llegar al corazón. Lo que hago es colaborar, poniendo mi granito de arena”.

A punto de llegar a sus 43 años, y con siete de rehabilitado, tras consumir durante 18 años, especialmente cocaína sostuvo que, a través de lo experimentado, colabora expresando en palabras la enfermedad y el flagelo con el que lucha: “Hoy entrando en mi interior aprendí a conocerme y cuando uno aprende a conocerse, empieza a darse cuenta por qué se convirtió en adicto, qué pasó en la vida, y demás, en el 2012 tomé la gran decisión de mi vida, de dejarme ayudar, que es lo que más cuesta”.

Tras esa decisión personal, comentó que llegó a una clínica en Buenos Aires, donde trascurrió 18 meses donde aseguró que pudo reflexionar acerca de su vida. Al día de hoy, colaboró en más de 230 localidades de distintas provincias a través de la concientización: “Cuento mi verdad, lo que es un adicto, a través de aprender y entender por qué uno se enfermó y aceptándose como enfermo. Soy un adicto en recuperación de por vida, esta enfermedad que empezó con el consumo en el 94 y terminó por convertirme en adicto, es para siempre, uno no se cura”.

Y enfatizó: “Cuando te aceptas con la condición de enfermo, te dejas ayudar y aprehendes las herramientas para poder transitar la vida es más fácil, lo que más cuesta no es poder estar tiempo internado o dejar la sustancia, lo que más cuesta es mantenerse, uno trata de hacerle entender a los adolescentes, niños y familia, de qué se trata”.

Resaltó que el mensaje que quiere transmitir es que “no busquen una falsa sensación de felicidad en una anestesia”, refiriendo a eso comentó: “Considero que la única manera de poder revertir y ver algo diferente de acá a futuro en la Argentina es a través de la educación, y yo vengo a colaborar y a educar con un relato para que no consuman, que hay otras maneras de llenar los vacíos del corazón sin tener que buscar sustancias”.

Luego, culminó: “Trato de ser un espejo, no un ejemplo y a través del relato llegar a esos chicos que están sufriendo puedan pedir ayuda y pueda buscar otra manera de vivir. No voy a victimizarme, voy a decir que se pongan limites, que encuentren un estilo de vida en la educación, en el deporte, o en espacios limpios donde encontrar un camino”.