Los vaivenes del país y las variadas deudas de la firma son desde hace varios años un condicionante clave que pone en vilo a Pueblo Andino. La papelera es una de las mayores generadoras de fuentes laborales para el pueblo que se forjó en su base. Otra vez, en septiembre el empresariado decidió dejar de producir. Los obreros cobran la mitad de su salario y trabajan espaciado en el mes.
No hay certezas pero las ilusiones mantienen viva la esperanza. En los últimos años hubo muchos inconvenientes en la producción, inclusive el anuncio de cierre definitivo. Que nadie quería y al que todos le temían. Pero después, de a poco, se cambiaron algunas maquinarias, llegaron inversiones y hasta sumaron trabajadores.
Ahora, luego del cambio de gobierno y a la espera de las políticas que aplicará al sector, IRE confirmó que otra vez cesó la producción. Desde septiembre las rondas de trabajo se limitaron y las que se sostienen son sobre todo las labores de mantenimiento.
La situación se trasladó directamente a los obreros que comenzaron percibiendo el 70 por ciento del salario, y ahora alcanaza el 50. Ingresan de a grupos, es decir que la regularidad es intermitente. Llevan adelante sobre todo tareas mecánicas y eléctricas, lo que daría la impresión de reorganización previo a la producción, y aunque la promesa se mantiene, todavía no hubo un anuncio formal de una fecha precisa.
En paralelo, las autoridades locales intentaron ahondar en la situación y al ser consultadas confiaron que mantuvieron una reunión con funcionarios del ministerio de Desarrollo Social para proponer una especie de “estado de emergencia” que le garantice a los 90 vecinos su puesto de trabajo. Provincia acusó recibo y confirmó que está al tanto de la situación.
Cabe destacar que la papelera cuenta con una millonaria deuda con la Empresa Provincial de la Energía, que decidió cortarle el suministro, y otra con la empresa proveedora de Gas, que todavía funciona.
Imagen de archivo.