La comuna de Pueblo Andino reglamentó y puso en vigencia una nueva ordenanza de fitosanitarios para que su aplicación sea a 150 metros de distancia del ejido urbano. Además, buscan promover una zona de fomento de la agroecología e incorporar corredores biológicos de especies nativas. Una iniciativa “innovadora” que busca “no sólo restringir sino proponer una manera distinta de pensar la producción”. 

En diálogo con IRE, el presidente comunal, José Abraham, indicó que se reformuló la ordenanza Nº 41 ante la necesidad de tener una nueva legislación para la aplicación de fitosanitarios y para proponer un sistema productivo agroecológico. “Es un objetivo cumplido. Demandó mucho tiempo porque no son cosas ágiles, hay mucha investigación de antemano, hay que escuchar a todas las partes y contemplar distintas acciones para tener la mejor solución posible”, expresó.

Y agregó: “Era una deuda que teníamos con los vecinos. Es el puntapié de un proyecto que no se ha aplicado en ninguna localidad de nuestro país prácticamente, somos los primeros y ya está en funcionamiento”.

Se trata del corrimiento de 150 metros del ejido urbano para la aplicación de fitosanitarios, con posibilidad de ampliación más adelante. También consta de una “cortina verde” al borde de cada campo y una zona de fomento de la agroecología.

En esa porción del territorio, que son los periurbanos agropecuarios, se busca incluir mano de obra local, con acompañamiento de la comuna, en un sistema de producción agroecológico de alimentos cárnicos, hortícolas, frutícolas, en sistemas pastoriles y silvopastoriles que no utilicen fitosanitarios.

“Creo que tiene una mirada futurista, medioambiental y agroecológica, es más que satisfactoria. Cualquier localidad estaría orgullosa de tener este cambio para bien, para todos y somos los primeros en ponerlo en marcha”, agregó Abraham. Y luego, finalizó: “Íbamos a hacer una prueba en la cuña, pero un productor decidió poner su propio campo y esperamos que eso contagie al resto de los productores para que puedan implementar este sistema”.

Por su parte, el ingeniero agrónomo al frente del proyecto, Jeremías Müller, explicó: “La ordenanza trata de tomar la problemática de la aplicación de fitosanitarios y el impacto social y ambiental que eso tiene, desde el entendimiento de que un problema se puede transformar en una oportunidad de hacer las cosas distinto. Estoy muy satisfecho”.

Y agregó: “Se va a tratar de hacer un proceso gradual, dándole la posibilidad al productor de ubicar esas producciones o de generar una renta agropecuaria, en el marco de una serie de acciones que va a hacer de cara al futuro la comuna, para facilitar ese proceso que va a llevar algunos años”

En ese sentido, sostuvo: “La ordenanza pasa de una lógica restrictiva, como la mayoría de las ordenanzas a nivel provincial que son un punto de desencuentro, a proponer algo. El desafío es aceitar los mecanismos comunales para poder ir haciendo el acompañamiento”.

Por otra parte se plantea la exención impositiva de la tasa comunal a cada hectárea que esté en producción agroecológica y fomente el empleo de trabajadores en esos esquemas. También se creará un banco de empleo comunitario, es decir una base de datos de vecinos que a futuro pueda ser empleada en esas producciones y que la comuna garantice el acceso a cursos y formaciones para que se genere trabajo.