Pueblo Andino estuvo en el mapa policial de Santa Fe cuando, luego de una investigación minuciosa con un equipo especializado, lograron dar con un peligroso sicario que se había escapado de la cárcel de Devoto. Inclusive entre las versiones circulaba que Mauricio Laferrara, del clan narco de Alvarado, tenía entre sus objetivos al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro. Tras la conmoción, la gestión de Tempesta requirió acciones preventivas para reforzar la seguridad y comenzaron los controles sorpresivos de vehículos y personas.
La preocupación invadió a la región y Pueblo Andino quedó en el foco de la tormenta, ya que sus condiciones de amplitud y las características de sus barrios presentan un desafío para las políticas preventivas en seguridad. Ante la complejidad desde el gobierno comunal de Leonardo Tempesta pidieron una reunión con el ministerio de Seguridad para coordinar acciones territoriales que contribuyan a devolverle la tranquilidad a los vecinos.
Desde el fin de semana pasado comenzaron a llevarse a cabo controles en los accesos, con personal policial y de la guardia urbana. En diálogo con IRE, el jefe comunal explicó que “surgieron de una reunión que mantuve el lunes 1 de julio con el Secretario de Seguridad, Comandante Omar Pereira”. Allí, determinó: “Acordamos controles de las fuerzas locales con nuestras GUC y operativos de saturación sorpresivos y aleatorios con fuerzas policiales de distintos cuerpos especiales”.
Por supuesto, que Tempesta no dudó en visibilizar que el pedido lo hizo “a partir de la detención del sicario”. El resumen de los dos primeros controles dejó varios vehículos remitidos al corralón y afirman será una metodología que se mantendrá activa con controles sorpresivos.
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