Durante Semana Santa, muchas personas eligen incorporar pescado a sus comidas, ya sea por motivos religiosos o simplemente por tradición. Frente a este incremento en la demanda, el Ministerio de Salud de Santa Fe, a través de la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal), recordó la importancia de extremar los cuidados al momento de comprar, manipular y cocinar este tipo de carne. “Es la primera oportunidad donde podemos asegurarnos de la calidad y la inocuidad; por eso, siempre debe realizarse en establecimientos habilitados”.

“Es la primera oportunidad donde podemos asegurarnos de la calidad y la inocuidad; por eso, siempre debe realizarse en establecimientos habilitados”.

Uno de los principales riesgos está vinculado a la compra en puestos informales, muchas veces ubicados en la vía pública o al costado de rutas, donde no hay garantía del correcto mantenimiento de la cadena de frío ni de la higiene del producto. “La compra callejera, o a la vera de la ruta, no es segura, no solo porque no podemos determinar el origen del pescado, sino porque no podemos estar seguros de la conservación de la cadena de frío y el mantenimiento de las condiciones de inocuidad; sobre todo tratándose de un alimento que es de riesgo,  si no se cumplen condiciones básicas”. explicó Elizalde.

La compra callejera, o a la vera de la ruta, no es segura, no solo porque no podemos determinar el origen del pescado, sino porque no podemos estar seguros de la conservación de la cadena de frío y el mantenimiento de las condiciones de inocuidad; sobre todo tratándose de un alimento que es de riesgo,  si no se cumplen condiciones básicas”.

Por otro lado explicó que el pescado es un alimento que,con una mínima variación de temperatura, puede romper su cadena de frío. Asimismo, en la compra callejera las condiciones de higiene y manipulación pueden no ser las indicadas, por lo que esos tres factores hacen riesgoso su consumo.

“Es importante que identifiquemos si está en condiciones o no. Si bien el pescado tiene un olor característico, cuando apenas comienza a descomponerse elimina olores desagradables que son muy notorios, y debemos prestar atención a ello. Asimismo, si tiene escamas, deben estar bien adheridas y no desprenderse; si lo apretamos con los dedos, la carne del pescado debe estar bien firme”, detalló

“Es importante que identifiquemos si está en condiciones o no. Si bien el pescado tiene un olor característico, cuando apenas comienza a descomponerse elimina olores desagradables que son muy notorios, y debemos prestar atención a ello. Asimismo, si tiene escamas, deben estar bien adheridas y no desprenderse; si lo apretamos con los dedos, la carne del pescado debe estar bien firme”

Para asegurar la cadena de frío, el pescado siempre tiene que estar conservado en la heladera, sobre hielo o en el freezer. Se puede comprar congelado, trasladar y debe descongelarse exactamente antes de la cocción. Una vez que se descongela, no puede volver a congelarse.

“Sí se puede cocinar, y luego esa preparación cocida se puede volver a congelar. Pero, como sucede con cualquier alimento, una vez descongelado no puede volver a congelarse”, enfatizó Elizalde. Y agregó: “La cocción puede hacerse en microondas, en el horno o frito, pero tiene que ser completa. Nunca la carne del pescado debe quedar rosada en el centro”.

Con respecto al pescado de mar, las indicaciones son en esencia similares. No obstante, Elizalde aclaró que, al tratarse de un producto que suele adquirirse ya congelado, es fundamental descongelarlo justo antes de su preparación. Además, recomendó verificar que no emita olores intensos o desagradables, ya que esto sería un signo claro de que el alimento no se encuentra en buen estado.

Finalmente, Elizalde comunicó que la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria, en coordinación con municipios y comunas, especialmente durante esta temporada, realiza inspecciones al transporte de los productos, incluyendo controles en ruta de los vehículos que trasladan pescado.

Del mismo modo, se vigila la venta, evitando que se efectúe en espacios públicos, y se fiscalizan las pescaderías de la provincia. Estas acciones abarcan la verificación de prácticas higiénicas en la manipulación, el monitoreo de la temperatura en los equipos de refrigeración, la trazabilidad del pescado y el control de la documentación que respalda su comercialización.