El nivel del río Paraná vuelve a estar en la mira con registros preocupantes. La histórica bajante del año pasado, provocaría que la falta de agua durante este año pueda ser de aún mayor gravedad, según indicaron desde el Instituto Nacional del Agua (INA). Alertan además, que las represas brasileñas no podrán realizar descargas adicionales, por falta de almacenamiento.
Las mediciones actuales en el puerto de Santa Fe indican que el nivel del río está en 1,48 metros de piso y con tendencia a la baja. Según las proyecciones hidrométricas del INA, el nivel bajará hasta llegar cerca del metro de profundidad durante mayo y con una perspectiva “para nada favorable”, según señaló el subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico, Ing. Juan Borús.
“Ya estamos pensando en los cinco de los impactos más significativos. Uno es el problema de las tomas de agua, que es el mayor problema en el que estamos poniendo toda la artillería para tratar de solucionarlo”, aseguró.
Según el experto del INA, el factor más importante son las lluvias, afirmando que “ha habido un marco climático desfavorable que es persistente y va a continuar”. El otro factor que postuló Borús es el de las presas de embalse en Brasil, “que jamás son causas de bajante y no tiene ningún sentido pensarlo como causa. Las presas de embalse fueron hechas para la generación de electricidad y para que la central de la presa se justifique tiene que haber generación eléctrica”, dijo.
“El año pasado tuvimos 14 reuniones entre técnicos muy fructíferas, en el marco de las cancillerías de Argentina, Brasil y Paraguay. Gracias a esto se pudieron hacer descargas adicionales especiales desde Itaipú y desde la represa de Salto Santiago en el río Iguazú”, destacó el ingeniero.
Aunque consideró que este año la posibilidad de repetir eso, es menos probable, porque las reservas de agua en los embalses son mucho menores. “Si hace falta hacer ese movimiento no será tan fácil. Por lo tanto, no es de esperar que haya descargas especiales ni que haya algún cambio”, afirmó.
Otro problema severo es el impacto de la fauna íctica, según señaló Borús e hizo mención a la “inestabilidad de márgenes, que en Santa Fe se vio el año pasado a la altura de Puerto Gaboto, con la parte inferior de la cuenca del Paraná, que es más barrancosa”. Cuando las aguas bajan tanto terminan habiendo roturas o deslaves de barrancas.
El quinto motivo que mencionó el experto del INA es el de los focos de incendio en las islas, que según Borús “es una incógnita, porque el año pasado tuvo una gran intensidad y me cuesta creer que este año tenga la misma magnitud, y no es más que el problema de los incendios en las islas en principio y luego en zonas bajas”.
Fuente: Uno