El pasado 22 de junio, cerró sus puertas el Taller Rioro de Pérez ubicado en la intersección de la Ruta Nacional 33 y calle Mitre. Setenta y un familias quedaron sin su fuente laboral. Los Directivos del grupo empresario EMEPA, se mostraron esquivos e inciertos en las respuestas hacia el personal y tras haber incitado en dos instancias a que los obreros tomen “Retiros voluntarios”, adujeron que el sector de reparación de vagones cerró por “Falta de demanda del sector”. 

Ariel Velázquez hacía ocho años que trabajaba en los talleres como soldador. “Más o menos nos desempeñamos todos en soldadura, armado, interiorismo, pintura; un poco de todo para reparaciones ferroviarias”, dijo. Y aseguró que desde hace varios años la actividad se ha visto afectada: “No sé si por el tema político o porque la empresa va tirando de a poquito para ellos, pero esto va cayendo. Hace ocho años que venimos en baja y no podemos remontar en ningún momento”.

La situación crítica del país es una preocupación más para los trabajadores: “Uno se involucra con la empresa, saca créditos, vive el día a día. Hoy no alcanza mucho la plata para el trabajador, viene a trabajar para comer y comprarse algo más, no puede ni salir de viaje a 300 kilómetros. Salís de acá y vas a buscar trabajo a otro lado, y la verdad que no hay nada”.

 

 

Foto y fuente: Brújula Comunicación