Ya comenzó a funcionar el nuevo sistema de control con scanners en el ingreso a las cárceles de Coronda y Las Flores y durante las primeras semanas se detectaron objetos electrónicos, punzantes, estupefacientes y hasta llaves para abrir esposas. La medida provocó protestas en las visitas y dentro de los pabellones.
Los dispositivos que se pusieron en funcionamiento de forma progresiva en los dos mencionados penales de la provincia incluyen detector de metales, escáneres de bultos y de cuerpos, con el objetivo de detectar el ingreso de elementos prohibidos.
En la cárcel de Coronda se puso en marcha el nuevo sistema la semana pasada y a diario se escanea entre 550 y 600 personas, antes de acceder al interior del penal. Ya se había implementado en Las Flores a mediados de marzo, donde ingresan unas 400 personas, entre visitas y personal de seguridad, y se van a implementar esta semana en la cárcel de Piñero.
Empezaron a funcionar progresivamente en base a dos cuestiones: el tiempo que demandó la colocación de los equipos en cada unidad y la habilitación de la Dirección de Radiofísica, dependiente del Ministerio de Salud, tras verificarse que el body scanner no era nocivo para las personas, ya que utiliza Rayos X para poder observar bajo la ropa o la piel.
Los primeros resultados
Durante las primeras semanas de funcionamiento, el personal capacitado logró detectar a través de los scanners que varios visitantes intentaron ingresar cosas prohibidas, camufladas dentro de bolsos.
Los objetos metálicos resaltan en color azul y los plásticos en verde, y al ser un sistema dual –que permite captar imágenes desde arriba y desde el costado de cada bulto– nada pasa desapercibido.
El director del Servicio Penitenciario de la provincia de Santa Fe, Gabriel Leegstra, contó que: “Se han secuestrado teléfonos celulares, cargadores, chips, relojes smart, elementos punzantes, una sierra en la cárcel de Las Flores y estupefacientes”
“El viernes se detectó una llave para abrir esposas”, agregó el funcionario y explicó que toda la información detectada queda almacenada en los equipos, en caso de ser necesaria para posibles investigaciones.
Para Leegstra el balance del nuevo sistema de control hasta el momento es “satisfactorio” y causó reacciones, no solo en las visitas sino también en la población penal. “En las visitas vemos que vienen, ven que están pasando por los scanners y mucha gente se vuelve. Entendemos que es porque traen algo prohibido y no quieren que se lo detecten”, dijo.
Por otra parte, contó que en Las Flores, cuya población carcelaria es de aproximadamente 1.400 internos, hubo protestas por las demoras que genera el sistema en el ingreso de la gente.
“El primer día uno de los pabellones no se quiso recluir, otro de los pabellones tuvo algún tipo de reacción”, explicó Leegstra. En tanto, en Coronda, cárcel en la que conviven 2.200 presos, también hubo planteos en torno a este tema.
Más allá de eso, la semana pasada terminó la fase de entrenamiento del personal en la cárcel de Piñero y se espera que a partir de esta semana el sistema de los dos scanners y el detector de metales comience a funcionar al 100% en ese penal, donde el ingreso de teléfonos celulares es una problemática constante y para lo cual el gobierno provincial también invertirá casi un millón de dólares en inhibidores importados de Israel en la búsqueda de terminar con el “call center” carcelario.
Con datos de Aire.