Este jueves la cámara de diputados aprobó el proyecto de la diputada Inés Bertero, consensuada por sectores del agro. Permite realizar fumigaciones a más de 100 metros, y ahora deberá ser analizada por el Senado. Hay gran disconformidad por parte de los activistas ambientales.

Se abstuvieron de votar Verónica Benas y Alicia Gutierrez, mientras que José María Tessa y otros 13 diputados rechazaron la propuesta pero 20 lo aprobaron.

Los ambientalistas presionaban por la iniciativa del diputado José María Tessa, que planteaba una distancia de 800 metros vía terrestre desde la zona urbana pero finalmente quedó relegada por el proyecto de Bertero que aplica a apenas 100 metros.

La organización Paren de Fumigarnos se mostró muy molesta por la aprobación de dicho proyecto: “Venimos desde hace varios años con propuestas que ponen el eje en la salud en volver a crear condiciones para que las tierras no sean inundables, para que vuelva la gente al campo y no sea expulsada y se amontone la gente en villas como está ocurriendo en Rosario. En base a eso presentamos propuestas que tienen que ver con zonas de resguardo con el tema de la fumigación aérea y la idea era que no fumiguen, que haya una zona de resguardo de 800 metros”, planteó Daniel Romano.

“Surgió el proyecto de la diputada Inés Bertero de fumigar hasta 100 metros  con barrera forestal y hasta 200 metros sin barrera forestal, esto es regresivo es peor de lo que había antes”, sentenció Romano.

“En la década de los 90 en el país, se tiraban 30 millones de agroquímicos por campañas, ahora pasamos a 400 millones de litros y en Santa Fe sobre 3.5 millones de hectáreas en transgénicos, sobre todo soja y algo de maíz, se tiran 80 millones de litros por campaña”, argumentó Romano.

También otra de las propuestas planteadas por la ong, era regular el tema de los bidones de agrotóxicos que fueran retornables, y los ambientalistas plantearon que seguirán esto por la vía de la justicia.

“Vamos a hacer acciones legales a nivel nacional e internacional, en senadores hay más productores y estamos más complicados. Hay una batalla cultural  que es la compresión de que estamos ante un tema muy grave donde todos van a tener que involucrarse”, agregó Romano. Y remató: “El lobby venció una vez más a la salud”.