La lucha contra el dengue y otras enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes aegypti se vio dramatizada por un reciente estudio realizado por especialistas del CONICET en Argentina. La investigación reportó la primera detección de la mutación genética V410L en este vector, lo que puso en jaque los esfuerzos de control de enfermedades en el país. Esta mutación fue identificada como un factor clave en la resistencia a insecticidas.
El Aedes aegypti es conocido por su capacidad de transmitir enfermedades virales graves, incluyendo dengue, fiebre amarilla, Zika y chikungunya. Durante las últimas décadas, Argentina enfrentó brotes de dengue, la mayoría de los cuales fueron controlados a través de campañas de fumigación con insecticidas. El estudio en cuestión reveló que todas las poblaciones analizadas en el noroeste y noreste del país mostraban alta resistencia al insecticida permethrin.
El análisis se realizó en cuatro localidades específicas: Tartagal y San Ramón de la Nueva Orán (Salta), Clorinda (Formosa) y Puerto Iguazú (Misiones). En todas ellas, se observó que los Aedes aegypti eran altamente resistentes al permethrin, aunque mostraron ser susceptibles al organofosforado pirimifos-metil.
La presencia de la mutación V410L en la población de mosquitos analizados es especialmente preocupante. Esta mutación está vinculada a niveles extremos de resistencia a los piretroides, lo que ya comenzó a reflejarse en las tasas de mortalidad de los mosquitos. En Clorinda, por ejemplo, se identificó que el 83.3% de los mosquitos presentaba la mutación triple, correlacionada con bajos niveles de mortalidad tras la exposición a permethrin.