La enorme luz, la bocina insistente para dar aviso y las banderas argentinas flameando sin cesar anunciaron la llegada dle tren solidario en Oliveros. El marco fue de pura emoción, de orgullo nacional, de ilusión por la vuelta al tren que una a los pueblos. La comunidad dijo presente y le regaló su apoyo a los ferroviarios. 

“Es un mimo al alma”, dijo con los ojos brillosos Sergio Rojas, el coordinador del Tren Solidario. El sábado pasaron a la madrugada y el pueblo se quedó con ganas de verlos. Pero a su regreso de San Cristobal donde entregaron 4.500 kilos de alumentos, los esperaron y los homenajearon.

La propuesta funciona desde 2001 y tiene dos ejes centrales: ayudar a la comunidad de destino y demostrar que el tren de pasajeros puede ser una opción viable de transporte. 

Oliveros se lució, muchos vecinos acudieron al andén y hasta el cierre de año del jardincito en el predio de la casa de la cultura frenó su ritmo para disfrutar del paso. “Gracias a todos los que vinieron a ver la llegada del tren, la esperanza de cada uno de los que estan acá es seguir luchando por esto”, afirmó emocionado Rojas.

Y siguió: “Demostramos que el tren puede circular, obviamente que hay que mejorar muchisimo. Gracias por la convocatoria, hay muchisima gente. Más que emocionados”. 

Cierto es que el pedido debe ser colectivo, en ese sentido el ferroviario enfatizó: “Ahora tienen que tomar la posta ustedes, nosotros dejamos la semillita de que es posible. Hay que sumar a las autoridades, que se tome conciencia de la necesidad del tren es en todo el país. Lo que hacemos con nuestro paso es marcar la conciencia de la necesidad”. 

Recuerdos felices

En la espera no tardaron de aparecer las memorias de momentos compartidos en el andén. Delia vivió en Buenos Aires, donde el servicio público tiene lineas contínuas: “Cuando era chica viajaba en tren, le hacia falta una alegría al pueblo. Estoy muy emocionada”. 

Poco después Clayde recordó: “Hacía el recorrido de Serodino a Rosario, mucha emoción. Cada dia tomaba el tren para ir a trabajar”. Y Norma sumó: “Iba en el trencito de San Genaro a Rosario, mi abuelo hacia un gran esfuerzo para llevarme. Recuerdo que me quise bajar. Tuve que esperar unas cuantas horas el de vuelta”. “El tren es hermoso”, reconoció otro vecino.

Lágrimas en los ojos y muchas sonrisas tiñeron de esperanza la tardenoche de ayer en Oliveros. Al ritmo de “Muchachos” de la Mosca y “Vamos Argentina” llenaron de aplausos y orgullo luego de la copa mundial. El pueblo unido, detenido por el deseo de la vuelta al tren. El pueblo unido, espectante, con ganas, con ilusión. El pueblo unido, ahí está la magia.