Un hombre de Oliveros se alertó por fumigaciones en un campo lindero a su vivienda y decidió hacer un reclamo. Desde la estación local del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) justificaron que la aplicación fue conforme a la ordenanza vigente, por lo que el vecino lamentó: “Está todo en regla, pero a 20 metros de mi casa”.

En diálogo con IRE, el vecino que hizo el reclamo ciudadano indicó que desde el organismo nunca dieron aviso previo a la fumigación, que son continuas, pero él se enteró recién este martes, porque no trabajó durante la mañana.

Al ponerse en contacto con los ingenieros del INTA, estos le indicaron que la aplicación se hizo conforme a la ordenanza vigente. “Está todo en regla, pero fumigan a 20 metros de mi casa. Es una impotencia total”, lamentó.

“Al principio, cuando me quejé, me dijeron que iban a fumigar a 400 metros, pero pusieron soja hasta el borde de mi casa y fumigan sin problema. Si habilitaron está parte para que la gente viva, tendrían que cuidarla. Intoxican a todos”, agregó.

También describió que un vecino tiene una quinta agroecológica para sustentar a al menos cuatro familias y también a 50 metros se encuentra una cancha de fútbol del polideportivo del club Sportivo Belgrano.

Por su parte, el ingeniero agrónomo a cargo de los controles, Andres Bignone, señaló: “Le expliqué al vecino que todo estaba correcto y le entregué la receta para que pueda observar qué se estaba aplicando. El viento y la humedad estaban acordes, por eso se llevó a cabo”, indicó .

“Estuve presente en los controles. La aplicación se realizó conforme a los productos permitidos por la ley nacional y provincial, de banda verde. Incluso por decisión de los productores no se aplicó hasta en tejido”, agregó.

También contó que hay un proyecto a realizar en el corto plazo para hacer pasturas y ganadería en los 200 metros siguientes al predio del club y las viviendas ubicadas por calle Mitre.

En ese sentido, Luis Carrancio, ingeniero de INTA determinó: “Se aplica de acuerdo a la normativa vigente y con viento este, es imposible que llegue a los vecinos. La normativa es clara y se hizo acorde. Los productos son de muy baja toxicidad, son los permitidos”.

Y finalizó: “No tengo problema en hablar con los vecinos, los recibimos cuando quieran. Ya tenemos otras 33 hectáreas donde no se aplica nada de nada por decisión de la estación experimental que corresponde además a una investigación que llevamos a cabo”.