Un pequeño productor de Oliveros envió una carta dirigida al ministro de Economía, Sergio Massa, y al presidente de la nación, Alberto Fernandez, contando la desesperada situación que viven los chacareros tras los duros meses de sequía y pidiendo solidaridad y ayuda.

Se trata de Diego Ochoa, un productor agropecuario que tiene y trabaja 15 hectáreas que heredó de su abuelo y alquila otras 37 a su familia. “No queremos desaparecer, no quiero desaparecer como pequeño productor”, expresó.

El vecino envió un escrito para contar su situación, en la que están inmersos la mayoría de los pequeños productores y pymes agropecuarias, y pedirle a quien corresponda que les brinde una mano, tras seis años de incertidumbres climáticas que esté año “dio el golpe final”.

“En estos últimos seis años junté cuatro declaraciones juradas, tres de emergencia y una de desastre. No sirvieron para nada, solo para poder atrasarnos en el pago del inmobiliario”, comenzó Ochoa.

Y agregó: “El crédito a tasa subsidiada que nos dio la provincia de Santa Fe en el 2022, por medio del Banco de Santa Fe, no suspende los pagos, tengo una cuota que vence en junio, la cual me dijeron que tengo que pagarla”.

Estas ayudas tienen gusto a poco, las cuales no sirven de nada para afrontar semejante desastre”, enfatizó y detalló que trató de hacer trámites en el Banco Nación para acceder a algún crédito con tasa blanda, pero al no ser socio, no le permitieron el acceso.

Asimismo, contó que tras la pandemia y sumada la sequía de 2019, decidió no pagar más los aportes en AFIP, generando una deuda de 15 meses. Luego en 2021, no le dejaron generar cartas de porte por ese motivo. En tanto, las oficinas de AFIP siempre las encontró cerradas o con atención restringida.

“Para mi contador fue muy complicado solucionar ese problema. Nadie nos decía el por qué, hasta que después de un mes y medio de insistencia, el jefe de la seccional Rosario de AFIP le informó cuál era el problema y lo ‘obligó’ a realizar un plan de pagos por esos meses adeudados para destrabar la situación y poder generar Cartas de Porte, que como usted sabrá son indispensables para poder sacar los granos del campo”, detalló el vecino.

“Perdí ese mes y medio con el cultivo ya seco en el campo. La merma de mi producción por ese ‘imprevisto’ fue del 25%. Yo sé de mis obligaciones, pero no entiendo la metodología que se usó para obligarme a pagar. Creo que la solución más lógica hubiese sido dejarme generar las Cartas de Porte, yo poder sacar la mercadería y luego no dejarme vender hasta no solucionar mi situación”, abundó.

Y contó sobre otro revés: “A finales del 2020 el gobierno dio una compensación a los pequeños productores, las cuales a mí nunca me llegaron, y eso no es lo más triste, lo más triste en que nunca me dijeron el porqué”.

En sintonía, dijo que los últimos tres años fueron terribles, con negociaciones con los proveedores, con la familia e intentando subsistir. “Llegamos a una situación en que no podremos seguir sin una ayuda del Estado”, resaltó.

Y sostuvo: “En estos veintitantos años de retenciones el campo aportó más de 200 mil millones de dólares, el equivalente al Plan Marshall que se utilizó para reconstruir Europa. Y acá no pudimos siquiera hacer rutas decentes y miles de chicos siguen sin poder comer y otras tantas miles de familias bajo la línea de la pobreza. Es una sucesión de malas decisiones políticas que se tomaron en conjunto desde el 2001 en adelante”.

Por otra parte, manifestó: “Yo no coincido con su pensamiento político, ni su forma de obrar en muchas de las situaciones que le o les tocó vivir como gobierno. De todas formas, creo que podemos convivir en paz. Y lo respeto. Y tenemos que trabajar todos a la par con proyectos a largo plazo para poder construir algo en serio, sin importar los colores políticos”.

“Por mi parte, siendo un pequeño productor, pague las mismas retenciones que uno de 500 hectáreas, o de 1000 hectáreas o de terratenientes agropecuarios. Luché, hice rotación, cuidé la tierra, fertilice, miré entre 60 y 70 veces por día el pronóstico, trabajé junto con los ingenieros para buscar las mejores semillas y tecnologías que se adapten a esta situación, jugamos con distintas fechas de siembra, etcétera. Pero no se pudo, la falta de lluvias, heladas, el año pasado la piedra, el calor extremo que tenemos y sin agua en el perfil, rompieron todos los esquemas”, aseguró Ochoa y agregó: “Ya las decisiones tomadas no importan cuando no llueve”.

“Pido ayuda para poder seguir produciendo”

El pequeño productor contó que sus aportes al país en estos 20 años fueron de más de 150.000 dólares, “los cuales no tengo ni idea de en dónde están” dijo y enfatizó: “Con ese dinero, invertido en otro lado, tal vez hoy tendría otras reservas para poder afrontar esto”.

“Hoy necesito 20.000 dólares para poder pagar todo, alquileres incluidos, y que AFA (Agricultores Federados Argentinos) me vuelva a prestar para afrontar una nueva campaña. Tampoco le pido que me lo regale, pero que tal vez, me lo pueda prestar y tal vez, podamos pagar mitad cada uno, mitad el Estado al cual yo ayude cuando lo necesitaba, y sigo ayudando, y la mitad yo. Socios en las buenas y en las malas. Yo no pido plata para cambiar la chata, o para comprarme un tractor o para irme a Europa o para comprar un departamento en Punta del Este. Pido esta ayuda para poder seguir produciendo”.

Yo necesito esta ayuda, urgente, no diluida en burocracia, y tal vez, me la puedan prestar a 10 años, entonces viviría con el cuchillo un poco más lejos de la panza, como decimos por estos pagos. No me molesta el pago de retenciones, ya no. Es como que ya no podemos hacer nada con eso. Lo que me molesta es no saber dónde van, en dónde están. Y de que no hayan hecho una segmentación de la misma. El más grande tiene más espalda para afrontar estos eventos”, manifestó.

Y continuó: “Creo también de que con esta situación que estamos atravesando, que insisto, no es solo un año, es una sucesión de desastres climáticos, nos debería servir para hacer un nuevo planteo hacia el futuro y que el Estado guarde parte de esas retenciones para trabajar junto con las aseguradoras y poder gestar un seguro multirriesgo. O gestionar un gran pool de productores que quieran poner 1/2/3 quintales o lo que sea cuando tengan buenas cosechas para ayudar al que le fue mal. Yo pondría esos quintales en las buenas cosechas”.

Yo me crié con mi abuelo, de esos que vinieron de Italia en los años 50 y que con su trabajo forjaron la Nación, esos que por más que tenían el Fiat 600 con la cortadora de pasto, los cardos los sacaban con la pala. El me enseño a cerrar un trato o un negocio con un apretón de manos, lo bueno y lo malo de mi persona, se lo debo a él. Esta carta que le estoy mandando se la debo a él, a su memoria. Carta, la cual, todavía no tengo ni idea de cómo hacérsela llegar y tampoco tengo la certeza, de que si le llega, la va a leer”, comentó.

Y finalizó: “Trate de expresar la necesidad y la realidad de muchos colegas y amigos. Los cuales me dicen que el Estado no nos va a ayudar, pero yo tengo fé de que si. Que en algún momento las cosas van a cambiar y van a hacer lo que deben hacer, y en este caso lo que deben hacer, es ayudarnos a no desaparecer. Ojalá esto le llegue a usted y pueda hacer algo. Y ojalá las próximas líneas que le escriba, sean para agradecerle”.

Carta publicada por la web bichodecampo