Fueron días muy difíciles, donde no hubo ninguna explicación. Con la mirada triste, Santino Correa le explicó a su mamá que habían chocado a su perrita. Con el amor del vínculo de amistad que tenían, le consultó por qué quien conducía no frenó a socorrerla y le pidió que lo ayudara a encontrarlo: “Me tiene que pedir perdón”, simplificó desde su inocencia. Misión que se traslada a todos los lectores de IRE. Santido, con sus siete años, pide compasión, solidaridad y respeto ¿Será posible?
Julia, la mamá de Santino detalló: “Luna llegó a nuestra vida a través de mi hermana Fiama, ellos no la podían tener y nosotros se la pedimos. A mi me encantan los perros. Tengo dos perros más”. Luego, relató lo sucedido a mitad de semana:”El miércoles Santi estaba jugando con sus primitas y Luna lo siguió, pasó un auto gris y la chocó. Él pensó que era el perro del vecino y cuando la vio vino desesperado llorando y gritando que le mataron a la perra y el auto no freno”.
En medio de la desesperación el pequeño le dijo llorando: “Mamá vamos hacer la denuncia porque la choco y no freno”. Al día siguiente no quería ir a la escuela por miedo que le consulten lo sucedido y no tener respuestas. Pero Julia lo convenció proponiendole que quizas “si le comentaba a sus compañeros cómo era el auto podían ayudarlo”. Ahora, todavía sin respuestas, amplía la misión.
El accidente se produjo en la cortada Adamo Giavedoni, frente al colegio secundario Juan XXIII.
Con un letrero sencillo y sus ojos tristes el pequeño dice mucho más de lo que escribió: No sólo está dolido por haber perdido a su amiga, parte de su familia, con quien compartía lindos momentos. También está pidiendole respuestas a un adulto que ni siquiera intentó ayudar a compensar su error. Ayudalo a recibir sus disculpas.