Una exótica ave irrumpió en la naturaleza de Oliveros en los últimos días y sorprendió a todos los vecinos. Se trata de un guacamayo azul y amarillo que, según personal experimentado, pudo haberse escapado de cautiverio, al igual que sucedió con Tucanette. Piden dejarlo libre y si intervienen, que sea para ayudar.
Desde el pasado viernes hasta hoy el plumífero fue visto en la zona del Balneario, en el Complejo Fénix y en el INTA. Desde entonces, todos se preguntaron cómo pudo haber llegado, cómo ayudar y si el pueblo tiene algo particular para que esto vuelva a ocurrir.
En diálogo con IRE, Juan Martín Mastropaolo intentó dar respuestas. Él es guardafauna honorario de la provincia de Santa Fe y en principio expresó: “Estoy muy sorprendido, este animal solo no llegó hasta acá”.
Asimismo explicó que es muy raro que el ave escape de su hábitat, ya que siempre están en grupo y no son de mucho vuelo, por lo que es muy poco probable que haya llegado volando desde el norte del país, donde habita su especie.
“Este loro habita en las yungas y todo lo que es selva en la parte norte de Misiones. Habitaban más al sur, pero con la pérdida del hábitat por el desmonte, destrucción e incendios se fueron desplazando. También debido al tráfico ilegal”, contó.
Y señaló: “Lo único que puedo pensar es que se le escapó a alguien, porque de otra manera no creo que haya llegado. Acá su dieta es totalmente diferente, no tiene ni una de las especies que hay en la selva. Se tiene que adaptar y sobrevivir comiendo lo que encuentra”.
“Necesitan una sal que encuentran en las montañas y barrancas porque consumen alimentos que tienen alta toxicidad y con esa sal contrarrestan el efecto tóxico de las semillas de la selva. Acá no tienen ni la sal ni las semillas”, ejemplificó.
También indicó que lo ideal sería que personal especializado lo capture y posteriormente traslade a su lugar de origen, aunque señaló también que podría ser difícil reintroducirlo en su hábitat natural.
“Pierde el formato de bandada y si fue criado desde pichón en una jaula perdió todos los conocimientos ancestrales. Va a hacer muchas cosas por instinto, pero no sé si va a llegar a alimentarse como uno que está en la selva. Va a ser muy difícil”, lamentó.
Si intervenimos, que sea para ayudar.
Lo principal es cuidarlo y dejarlo libre. También mantenerse lejos para que no se vuelva manso, pero intentar dejarle frutas en las alturas para que se alimente. Es posible que esté comiendo coquitos de palmera pindó, según indicó Mastropaolo.
“Me preocupa realmente lo que esté comiendo. No sé que puede llegar a comer acá porque estamos lejísimos de su lugar de origen”, resaltó el guardafauna y recomendó estar atentos para que no sea víctima de malos vecinos o felinos que lo puedan atacar.
También habló de la posibilidad de captura para su posterior traslado. “Lo ideal sería sacarlo de la zona porque no tiene los conocimientos ni la alimentación adecuada”, dijo y aclaró que solo especialistas deberían intervenir en ese sentido.
“Estoy sorprendido, lo del tucán fue una cosa increíble y esto es igual. Alguien lo debe haber traído y es muy probable que se haya escapado, ellos no salen de su hábitat”, finalizó Mastropaolo.
En caso de ser testigo de un caso de tráfico ilegal o tenencia de animales silvestres autóctonos pidió realizar la denuncia anónima en la Fiscalía más cercana, con todos los datos y fotos que puedan conseguir ya que están protegidos por la Ley nacional 22.421.
Foto: Damián Rojas.