Fueron meses muy duros. “La palabra cáncer es la palabra muerte”, comenzó diciendo Sebastian Stier, el joven de Oliveros que fue diagnosticado el 13 de enero con cáncer de colon. Después de atravesar las quimios y un replanteo de su vida confió que el Padre Ignacio tuvo un rol clave, como también la gente que lo acompaño. Esta semana sus estudios dieron que “esta todo normal” y en medio de la alegría afirmó: “No me entra más felicidad”.  

“El 13 de enero tuve la peor noticia de mi vida”, dijo Seba. El diagnóstico irrumpió a sus 36 años y la incertidumbre copó todos los rincones. Porque también es cierto que para muchos “La palabra cáncer es la palabra muerte”. 

Pero, en medio de la conmoción hubo un momento para el click: “Tuve una semana pensando cuanto me quedaba de vida. Veía a mis familiares en la punta de la cama. Un día desperté y me dije – qué estoy haciendo? – La voy a luchar. Tenes que lucharla por vos y lo que tenes al lado tuyo. Es muy difícil”.

Y ahí apareció el acompañamiento clave del padre Ignacio, que según el testimonio de Seba le “ayudó muchisimo”.  Sobre su experiencia explicó: “Me enfoque en él. Me dijo el primer día que me enfermé solo, haciendome problema por todos y no por mi. Me abrazo y me dijo que llore todo lo que tenía a llorar. Después me dio para que haga unas cosas que hice todo al pie de la letra”.

Y ya el próximo encuentro fue distinto: “La segunda vez me dijo que iba a salir”. Y en la última, la esperanza lo terminó de completar: “La tercera me dijo que ya estaba. Es increible”. 

Además de su creencia, Seba se aferró al tratamieto y tuvo que enfrentar largas quimioterapias que “Me dejaban destruído”. Nada fue sencillo, pero sin dudas concluyó que fue su decisión lo que le permitió enfrentar su diagnóstico y salir adelante: “Fue mi decisión. Es linda la vida. Jamás me entregué”. 

Esta semana volvió a hacerse los chequeos y la sorpresa lo envolvió en alegría: Los parámetros de sus análisis dieron normales, significa que ya no hay cáncer: “No caigo no me entra más felicidad. El médico no lo podía creer, con esta noticia que me explota el corazón de alegría”.