El trabajo continuo y comprometido de la escuela de música sigue teniendo éxitos. A la canción que crearon a razón de una historia de uno de los integrantes de la banda, que se convirtió en la oficial de la ONG que aborda la problemática de bullying “si nos reimos, nos reimos todxs”, desde el colegio Juan XXIII le crearon su videoclip. Un trabajo que representa mucho más que una materia, generaron conciencia contra la violencia y seguro los marcará para siempre.
En diálogo con IRE, el profesor y director de la escuela de música de la biblioteca popular José Pedroni, Enrique Ciancio detalló el proyecto: “Comenzó con una convocatoria de la ONG “Si nos reimos, nos reimos todxs” a la escuela de música y pensamos cómo contar nuestra propia historia, ya que la canción nace de un caso de bullying que sufrió un integrante de la banda”. Y siguió: “Después otros chicos se fueron sumando y apropiando del tema. A fin de año a razón de un reemplazo en el Juan XXIII le comenté la idea a la directora (Bibiana Camuglia) y no dudó un instante. A partir de ahí comenzamos a trabajar con alumnos de los primeros años del año pasado y después se fueron sumando interesados de otros años con inquietudes artísticas y para comprender lo importante de la problematica”.
Así fue entonces que una vez ordenados comenzaron a trabajar: “Hubo que hacer el guión, las escenas, coordinar con los músicos en vivo, la edición, las ideas de cómo demostrabamos lo que decía la letra”. De esa manera eligieron trés historias que debatieron en conjunto y le pidieron “ayuda a un talento local para montas las escenas como es Raquel Taler, y así se fue generando”.
Emocionado, el docente enfatizó: “Es maravilloso lo que sucedió. Chicos con mucha creatividad, con ganas, lo que lograron superaron las expectativas. Mejoraron la idea que les presentamos, la potenciaron. Fue una experiencia inolvidable, muy rica, sorprendente, satisfactoria. Ver a un montón de chicos trabajando por un fin común que tiene que ver con mejorar la calidad de vida de otros, es maravilloso”.
En ese sentido, ahondó: “Es un aprendizaje tanto para los docentes como para los chicos, los adultos todavía tenemos que incorporar herramientas para saber cómo manejarlo. Es importante entender que algo que pareciera ser un detalle menor, son huellas de por vida, que quedan para siempre para quien lo padece y con connotación mayormente negativa. En este caso, fue una experiencia donde hemos aprendido todos”.
El resultado fue excelente y generó muchas repercusiones, si todavía no lo viste te lo presentamos: