Anoche se inauguró el Paseo de Bomberos frente al cuartel de Oliveros. Tiene un detalle que lo hace único en Latino América: Una fuente con un bombero arrojando agua. el nuevo espacio público fue pensado y diseñado para homenajear la labor solidaria y de compromiso del cuerpo activo.
El jefe del cuerpo activo de bomberos voluntarios de Oliveros, Esteban Jiménez, se mostró muy emocionado por la repercusión del evento y la gran presencia de vecinos y autoridades pese al dia tormentoso. “La idea es el reconocimiento al trabajo de los bomberos por todo lo que le ponen cada día. Invertimos muchas ganas, mucho tiempo y mucho trabajo para que esto sea realidad”.
Por su parte, el presidente de la comisión directiva del cuartel, Víctor Pérez, indicó que el proyecto se desarrolló tal y como lo habían planeado, con muchos detalles impresionantes: “Lo que queremos es que tanto la gente del pueblo como los visitantes puedan disfrutar del paseo”.
Una escultura que lanza agua
El escultor elegido para crear al “bombero en acción” fue Cristian Kucharczuk, oriundo de San Jerónimo. Una vez visto su trabajo habló de su experiencia en la creación de la fuente: “Estos proyectos se van construyendo en forma comunitaria. Me gusta escuchar la iniciativa de cada uno, ya que yo puedo tener mi idea, pero lo importante es que la obra responda a la intención y al simbolismo que se desea”.
Kucharczuk también detalló el proceso creativo de la obra y cómo fue trabajando en conjunto con los bomberos para crear una pieza que fuera verdaderamente representativa de su labor: “Empecé a mandar los dibujos para ver si les parecía, a partir de ahí, empezamos a trabajar”.
Luego detalló: “La técnica es particular, ya que es una estructura de hierro y hormigón, lo cual es un desafío ya que el hormigón tiene un tiempo corto para ser trabajado, así que no fue sencillo pero de a poco te vas adiestrando y se va haciendo”.
El escultor destacó la importancia de cada uno de los detalles y cómo se fue perfeccionando el diseño para que fuera lo más cercano posible a la realidad: “Estudio mucho la expresión del rostro, las características del traje. Después tiene un montón de procesos antes de la pintura y la patina final para llegar a esa estética que se ve, en este caso nos pareció mejor el color rojizo, terracota, porque nos parecía que representaba mejor al bombero por el tema del fuego. Esta obra pesa alrededor de quinientos kilos, que lo fuimos calculando con los materiales ya que debíamos realizarlo por el tema del traslado”.
Finalmente, el artista reflexionó sobre su participación en este proyecto y su pasión por crear obras de arte que trasciendan en el tiempo. “Me siento un privilegiado de formar parte de todo esto. Las esculturas históricamente fueron los elementos que dejaron sentada la historia de la humanidad, no es un adorno, sino es un patrimonio artístico que van a generar conciencia en las generaciones futuras”, concluyó.