Santino Ledesma es sin lugar a dudas un guerrero. Con una sonrisa nos recibió en su casa, con su mamá Marisa, y dos de sus hermanas. Mientras se dividían las tareas del hogar, le contaron a IRÉ su historia. “Siempre enfrentamos todo solos, pero ahora se nos hace cada vez más difícil”, reconocieron. La obra social es fundamental para que el pequeño pueda sostener su tratamiento médico, pero la crisis económica los complica y necesitan ayuda.
Santino nació a los seis meses de gestación, a los quince días de vida tuvo una hemorragia grado IV que le dejó secuelas, una parálisis del lado derecho con pérdida de la visión del ojo de ese costado. En el 2015 tuvo varicela y en vez de exteriorizarse le afectó los órganos internos, allí se le dificultó el funcionamiento de sus riñones, pulmones, y desde entonces debe usar un botón gastrico.
Pero con una gran lucha en familia, lograron enfrentar la situación. Así lo describió Marisa: “Seguimos adelante, el iba a la escuela Santa Mónica. Le hicimos rehabilitación”. Todo parecía mejorar hasta hace unos meses atrás que comenzó con convulsiones: “Tiene hidrocefalia y empezó con convulsiones que desparramaron el líquido en toda la corteza crebral, por eso lo intervinieron”.
Pese a que los pronosticos nos desalentadores, el pequeño no pierde ocasión de mostrar fortaleza. Meses atras debió ser internado dos prolongadas veces. Pero él, sigue demostrando su lucha. Mientras su familia “Espera un milagro”, y tratan de entender que “médicamente no se puede hacer nada más” apuestan a que tenga la mejor calidad de vida “el tiempo que le quede”.
Las palabras son duras al contrarrestarlas con la unión y el compromiso con el que enfretan hace más d euna década el estado de salud del nene, pero más aun con las ganas de vivir de Santino. Hoy su obra social Esencial Grupo Oroño cubre los medicamentos y el tratamiento médico con los equipos para que el niño pueda estar en su casa, pero cada día que se atrasa el pago dejan de prestarle servicios y eso genera una gran incertidumbre para la familia.
Hoy con gran esfuerzo de vecinos, la comuna local y el INTA donde trabaja su papá lograron instalrle en su pieza todas las herramientas necesarias para su cuidado, pero aun así no son suficientes. Es por eso que la familia pide ayuda. “No me gustaría que después de tanto tiempo de lucha Santino termine su tratamiento en un hospital público, porque el equipo médico que lo atendió siempre lo conoce, y quiero darle en lo que queda calidad de vida”, disparó Marisa con los ojos llenos de lágrimas.
El costo mensual de la obra social es practicamente la mitad del salario de su papá, sumado a los gastos extras que se generan cada vez que debe permanecer en terapia intensiva. Hoy necesitan ayuda económica para enfrentar esta compleja etapa que transitan ¿Les das una mano?
Para aportes monetarios: Caja de ahorro número 4771588262 del Banco Nación, Sucursal San Lorenzo.