Por la emergencia sanitaria, este año se debió contener todo el color y la pasión de las Olimpiadas Oliverenses, pero toda la expectativa está puesta en que la llama vuelva a correr el próximo verano para que azules, rojos y blancos recarguen pilas y vuelvan a competir.
“Paramos un poquito porque las Olimpiadas Oliverenses no son un torneo al que le quepa un protocolo”, expresaron los organizadores, lamentando que este año no era posible contar con la multitudinaria hinchada que acompaña el evento año a año.
“Sin multitud, sin equipo alentando, sin hinchada con mate de por medio, sin abrazos, sin bailes, música y risas, sin un pueblo apoyando, colaborando y desbordando a nuestro club ¿Cómo podríamos hablar de Olimpiadas?”, expresaron.
El proyecto resurgió por iniciativa de un grupo de jóvenes del pueblo que habían disfrutado de las Olimpiadas en su infancia y desde hace seis años se venía realizando de manera ininterrumpida, llenando de pasión y color la localidad, a la vez que ofrecían una actividad distintiva para los chicos.
Si bien este año debió suspenderse por la pandemia, desde la organización pusieron todas las expectativas para regresar el próximo verano con muchas más pilas y con toda la magia que aporta el pueblo cada vez que azules, rojos y blancos se enfrentan.