En representación de Fundación Abba Oliveros, Gabriela Bonifacio dialogó con IRE y comentó que desde el año pasado, y luego de reiteradas invitaciones a celebrar la Pachamama, decidieron unir los talleres y comenzar a producir caña con ruda desde la institución.
De esta manera, más de 20 chicos del Ballet, del Taller de Huertas Aromáticas, Reciclado y Arte Decorativo, comenzaron a dar marcha al proyecto y distintos comercios del pueblo se sumaron a colaborar.
Tras hacerse de los insumos necesarios, sembraron las plantas y prepararon los recipientes para este primero de agosto tener todo listo para el tradicional ritual que tiene sus orígenes entre los pueblos guaraníes, quienes durante el invierno consumían esta bebida para prevenir enfermedades.
En el Día de la Pachamama, es tradición del país beber caña con ruda, bajo la creencia de que se atraen la salud y la suerte, y se aleja la envidia y los maleficios. El ritual que acompaña esta celebración es beber en ayunas siete o tres sorbos.
La tradición nace porque en agosto se producían grandes lluvias que, sumadas al frío del invierno, causaban muchas muertes en la población y en el ganado. En la ruda se reconocían múltiples propiedades medicinales contra parásitos y malestares gastrointestinales, además de su uso para calmar el ardor y la irritación de picaduras de bichos y alimañas.
En la institución oliverense, se organizaron para que los chicos prepararon la tierra e hicieron la plantación de la ruda, reciclaron los recipientes y desde el taller de arte diseñaron el packaging. La costumbre dicta que hay que tomarlo el 1 de agosto. Sin embargo, aquellos que se olviden o no alcancen a hacerlo, tienen la oportunidad de hacerlo hasta el 15.
Si bien el objetivo no es recaudar fondo, sino apostar a la inclusión, con lo que se obtenga de la venta de esta producción de caña con ruda (unos 21 litros) se apostará a un taller de joyería y alambrismo abierto para toda la comunidad y un taller de jabones artesanales.