El 14 de mayo Marlene Franco regresaba del cumpleaños de una amiga en el boliche de Maciel. Se bajó en la parada de colectivo más centrica de la localidad, caminó unos metros en dirección a su casa y fue interceptaba. La violaron y mataron. Desde entonces su familia busca justicia.
El viernes al cumplirse cinco meses del crimen, la familia volvió a convocar a los vecinos. El puñado de voluntades no superaba las 20 personas. Incluso, bajo las primeras gotas de lluvia de la tarde, el recorrido fue más corto.
Unas horas más tarde, mientras la rutina se encargaba de reestablecer en el colectivo la normalidad, Alicia Peralta, mamá de Marlene nos abrió las puertas de su casa. El domingo hubiese sido el cumpleaños número 22, y entre tanto Alicia se cuestiona: “Nunca había caído el día de la madre”. Recuerda que cuando nació celebró la fecha en homenaje a las mamás, y desde entonces ayer volvió a coincidir.
Las palabras sobran porque no hay respuestas. A Marlene le arrebataron la vida, los sueños. Alicia repite una y otra vez: “Nuestra lucha es para saber qué pasó, si fue uno o más, nosotros sólo pedimos justicia”. A la vez que se explica que ella no puede pedirle a nadie que haga lo que no sienta. Y ella siente, desde lo más profundo, ese pedido de justicia.
“Marlene era una chica llena de vida, muy buena”, cuenta una joven sentada en la punta de la mesa. Hace cinco meses que la familia espera un dato clave: las pruebas de ADN. Allí se determinará con certeza si el hombre autoincriminado actuó sólo o en compañía de alguien más. Pero, a su vez, significa mucho más que eso: ¿Crees que los resultados del ADN van a dejarte más tranquila? le consultamos a Alicia. Y sin dudar apuntó: “Es lo que necesitamos, hasta tanto no podemos estar tranquilos”. Miles de hipótesis surgen ante la falta de certeza.
Por momentos pareciera que el dolor los ahoga, por momentos que se transforma en una fuerza feroz. “Pensé en hacer una huelga de hambre en el Instituto Médico Legal”, dijo en la marcha unas horas antes. ¿Porqué tomarías esa decisión?, le preguntamos. “Porque los resultados van a estar en tiempo indeterminado”, explica. Eso significa que no se sabe cuándo terminará la procesión de no saber.
Marlene Franco era una joven de Oliveros, al igual que el hombre que se confesó culpable del hecho en la comisaría aquel sábado de mayo. Sucedió en una casa céntrica, en la madrugada de una localidad tranquila. Pasaron cinco meses. Cinco meses de espera, cinco meses sin justicia.
Según el fiscal interviniente, doctor Leandro Lucente, la causa no está caratulada como femicidio porque la víctima no conocía al autor, señalado hasta el momento uno sólo y en duda si actuó alguien más. Las historias de muertes se repiten a diario en los medios de comunicación, desde los lugares más diversos del país. Y al canto del reconocimiento de derechos, de igualdad, de respeto, el próximo miércoles 19 habrá un paro nacional de mujeres.
Las cifras son escalofriantes: Cada 28 horas 1 mujer es víctima de femicidio.