Uno de los factores por los cuales los Eucaliptus adultos, en muchos casos, presentan signos de decaimiento y pérdida de masa foliar, es la presencia reciente de varias plagas ampliamente distribuida en el país que los afectan.
Luego de diversas consultas recibidas en el INTA Oliveros por la presencia de pequeños insectos y hojas manchadas de eucalipto, se ha detectado la presencia del psílido del escudo (Glycaspis brimblecombei -Moore) en la región.
Se trata de una plaga, originaria de Australia, que provoca la pérdida de hojas como así también de ramas jóvenes, debido a la reducción de la actividad fotosintética de la especie arbórea.
Si el ataque de las ninfas persiste, puede causar la muerte de plantas jóvenes como así también la pérdida de vigor de plantas adultas. Además, debido al debilitamiento que provoca en la especie, facilita el ataque de otros insectos y hongos.
Fue detectada en el país en el 2005 y está distribuida en buena parte del territorio nacional. Sus ninfas son características ya que construyen escudos protectores cónicos, de 1.5 a 2 mm de largo con 5 estadios ninfales. Los adultos son de hasta 3 mm de longitud alados, de color verde claro y con dimorfismo sexual.
Su ciclo de vida dura, aproximadamente, 20 días (dependiendo de la temperatura). En Australia y California se dan entre 2 y 4 generaciones al año, concentradas en primavera y verano. Su reproducción es sexual, con multiplicación ovípara de 45-700 huevos/hembra, generalmente sobre hojas suculentas y ramitas jóvenes. Las ninfas están en un período de 10 a 20 días con escudo protector.
Formas de manejar la plaga
Para el manejo de esta plaga, el control químico con insecticidas de contacto es muy poco efectivo ya que el insecto se oculta bajo el escudo. Por otra parte, un uso no adecuado del producto podría afectar el resto de la población de insectos.
El control cultural es una buena herramienta; consiste en un manejo silvícola adecuado que habilita a realizar las tareas de conducción, poda, raleos y riego sin excesos, evitando la dispersión del material infestado. Se puede, además, colocar trampas amarillas para el monitoreo de la plaga y así realizar un seguimiento del proceso y disminuir la dispersión de los adultos.
Otra alternativa es el control biológico a través de parasitoides como Psyllaephagus bliteus (Hymenoptera: Encyrtidae), que puede controlar entre el 30 al 80 % de la plaga. Es más adecuado, efectivo y con un bajo costo económico y ambiental, aunque lleva más tiempo. Cabe destacar que este parasitoide está naturalmente disperso en la región.
También se puede aplicar el método de inyección a cada árbol y/o también pulverizar con productos de base orgánica como biopreparados, aunque no tenemos antecedentes específicos del uso de estos métodos para el manejo de esta plaga, podrían ser otra alternativa.
Fuente: Infoagro