Veronica hoy disfruta de cada momento. Enfrentó una compleja encrucijada donde sintió que pudo perderlo todo. En su cuarto embarazo la situación se complicó y casi dos meses antes debió nacer Gina. “Pensé que iba a ser de mis hijos si yo no estaba” resumió cuando sus ojos se apagaban. Y confió: “Le doy gracias a dios que me devolvió la vida y hoy puedo estar acá disfrutando de mi bebé, de mis otros hijos, de mi familia”.
En diálogo con IRE Veronica Infante explicó: “Tuve un embarazo de alto riesgo, estaba de 34 semanas, con muchas complicaciones: Presión alta, diabetes, anemia. Fui a todos los controles, me cuidaba en las comidas, venia todo normal hasta que un día empece con una hemorragia muy grande y me derivaron a San Lorenzo”.
El 21 de septiembre ingresó al Hospital de San Lorenzo y “a la madrugada me volvio a dar otra hemorragia grande, mi mamá empezó a desesperarse al ver que la cosa estaba mal. Yo solamente escuchaba que ella lloraba y gritaba y eso me ponía peor porque no podía hacer nada, estaba en una camilla, con suero y pérdidas”.
Luego de difíciles momentos, lograron conseguir cama en un efector de mayor complejidad que pudiera recibirlas: “Me consiguieron un traslado al Roque Saenz Peña en Rosario, en un momento sentí que me desvanecí. No podía tener los ojos abiertos, me pesaba el cuerpo. En lo único que pensé fue en mis hijos, en mis papas, hermanos y me encomendé a dios y a los médicos”.
Fueron horas decisivas: “Pensaba qué iba a ser de mis hijos si yo no estaba”, puntualizó todavía conmovida. Y es lo último que recuerda: “Se me cerraron los ojos y cuando los volví a abrir ya estaba en cirugía, nació la bebé con problemas respiratorios y la llevaron a neo, porque no tenía sus pulmones desarrolados. La pasamos muy mal”.
Finalmente, casi tres semanas después lograron volver a casa: “Ante ayer nos dieron el alta, la bebé hubo dias que bajó de peso, es prematura, ella recien ahora estaría queriendo nacer a principio de noviembre. Se adelantó muchisimo”. Gina es su cuarta hija y si bien tiene cuidados específicos está mejorando cada día.
Todavía conmocionada por lo vivido, la mamá reflexionó: “Por ahi uno dice: donde está dios? Y yo digo que dios existe. Mi experiencia fue horrible, es tan feo sentir que se te va la vida en un segundo, volver y no entender nada de lo que está pasando. Puedo decir que hoy nos estamos recuperando y me doy cuenta que la vida es linda y hay que vivir cada momento, cada etapa, no a lo loco. Más cuando tenes hijos”.
Luego, siguió: “Le doy gracias a dios que me devolvió la vida y hoy puedo estar acá disfrutando de mi bebé, de mis otros hijos, de mi familia. Disfruto de verla dormir, de darle la teta, de cosas simples”. Y culminó: ” El dia que nació mi hija, yo volví a vivir”.