Este fin de semana la Virgen de Itatí visitó Oliveros dejando un mensaje de fe y esperanza bajo el lema de “Oliveros te recibe con los brazos abiertos” y en la previa del día de la madre, ahondó Gabriela Bonifacio en diálogo con IRÉ que “María tiene las manos llenas de bendiciones para nuestro pueblo”. E insistió que “hacía falta un encuentro de esta manera” organizado con humildad y de manera colectiva y adelantó que ya planean que sea una actividad que se replique el año siguiente.
La llegada de la Virgen de Itatí a Oliveros fue mucho más que un evento religioso. Fue un momento de encuentro, unión y celebración que dejó una huella especial en la comunidad. Gabriela Bonifacio, directora de la Fundación Abba, compartió en IRÉ los detalles de la jornada que conmovió a cientos de personas y dejó un mensaje de esperanza y unidad.
La preparación para la visita de la Virgen fue “un regalo inesperado”, según Bonifacio. “Nosotros en ningún momento gestionamos la llegada, pero cuando nos propusieron recibirla, sentimos una profunda felicidad”, explicó. Desde ese momento, la Fundación Abba y otros miembros de la comunidad comenzaron a trabajar en conjunto para organizar una celebración que representara el espíritu de la Virgen. La festividad se planeó con un enfoque inclusivo y humilde.
“Queríamos que todos tuvieran la oportunidad de participar, por eso organizamos el evento de manera abierta, sin invitaciones que excluyeran a nadie”, dijo Bonifacio. Este enfoque permitió que personas de diversas creencias y tradiciones se unieran, creando un ambiente de hermandad.
El evento comenzó con una emotiva peregrinación, donde “los gauchos presentes, simbolizando nuestras tradiciones, también fueron parte del recorrido”, destacó y enfatizó en la importancia del apoyo comunitario, que incluyó a “las fuerzas vivas como la Policía, los bomberos, el centro de salud y el SAMCo, todos se sumaron para que la peregrinación fuera cuidada”. Este trabajo en equipo fue un fiel reflejo de la fuerza y unidad que se vivió en Oliveros.
El momento clave fue la llegada de la Virgen a la institución, donde la comunidad acompaño y esperó junto a los chicos de la escuela primaria. Un momento que incluyó oración, música y la bendición a los interantes del grupo tradicionalista Los Orejanos. Otro punto clave fue el Rosario de la Aurora, donde un grupo grande se quedó toda la noche con testimonios que tocaban el corazón, lo que permitió a la comunidad conectar a un nivel más profundo. “Mucha gente nos decía que lo vivido en Oliveros superó cualquier experiencia que habían tenido en la basílica de Itatí”, compartió Bonifacio.
“Mucha gente nos decía que lo vivido en Oliveros superó cualquier experiencia que habían tenido en la basílica de Itatí”
Tras el evento, con un aire de renovación y esperanza la directora de Abba aseguró: “Ya estamos pensando en el año que viene”. Al tiempo que destacó que la llegada de la Virgen trajo consigo muchas intenciones y deseos de seguir trabajando juntos: “María vino a unirnos, y ahora tenemos las puertas abiertas para todos aquellos que quieran ser parte”, concluyó Bonifacio, dejando claro que la celebración no termina aquí, sino que se convierte en el inicio de un camino de fe y colaboración que continuará creciendo en Oliveros.