Sólo fue un segundo. Gabriel Giménez, de apenas seis años, venía caminando con su mamá y sus hermanos hacia su vivienda en la zona este de Oliveros. Eran casi las 9 de la noche. Vio a sus primos del otro lado de la ruta y cruzó corriendo detrás de un camión, con la ingenuidad de todo niño, pero por la mano contraria venía una camioneta que no tuvo margen de maniobra y lo chocó. El impacto dejó a todos sin aliento, la desesperación reinó y en apenas unos minutos el pequeño estaba camino al hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Falleció horas después producto de los politraumatismos en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela de Rosario. El pueblo se envolvió en un gran desconsuelo.

Hace apenas dos semanas que la familia del pequeño junto a la de sus primos llegaron a Oliveros. Se instalaron en un camping usurpado en una precaria vivienda. De a poco se hicieron notar, el comentario que recorría las esquinas hablaba de ellos. Cada tarde, junto a su mamá, las dos familias salían por barrios a golpear casa por casa, contar su historia y pedir ayuda. Llegaron sin nada material, sólo se tenían a ellos mismos.La unión del grupo son dos hermanos, la tía del nene con su papá. Partieron hace años atrás del Barrio Toba de Rosario hacia Chaco donde familiares los esperaron y comenzaron a soñar que podían encontrar un mejor espacio para vivir. Seis años después, decidieron volver a empezar y apostando al corazón de la Pampa Húmeda y así llegaron a Oliveros, todavía no pueden definir muy bien el por qué: sin contactos, sin amigos, sin más que un manojo de esperanzas.

A unos les prestaron una vivienda, los otros construyeron otra al lado. En total son cuatro adultos y una decena de chicos de entre 4 y 17 años. Con simpleza y un gran dolor, Norma, la tía de Gabriel, recibió a LaCapital en su espacio dentro de lo que fue el Cámping Setup, de Corrientes y Presidente Roca. Corrió algunos elementos que habían rescatado de los residuos, un cochecito de bebé y sacudió las hojas de una reposera.

Con un gran gesto de compartir lo que tenía, hizo lugar para la entrevista. Se sentó al lado, en el esqueleto de una silla cubierta con una chapa de una cocina. No había palabras, el dolor lo gritaban sus ojos.

El diálogo fue rápido, la incertidumbre de no saber qué hacer ni adónde ir brotaron a los minutos. “Nosotros no tenemos nada”, simplificó. Y no tardó en hablar de su cuñada o su hermano. No pudo precisar detalles: “Ahora no sé nada, no sé qué vamos a hacer”, reconoció la mujer de pelo castaño.

Mientras narraba fragmentos de su periplo, del volver a empezar, que los chicos iban a comenzar la escuela pero la tragedia les impidió, recordaba a su sobrino y la vista se le nublaban de sufrimiento. De a poco varios niños se acercaron, armaron una ronda y contaron historias, incrédulos de lo sucedido. “Yo estaba ahí, yo lo vi”, dijo Alexis. El primo del pequeño de seis años que volvía de recorrer el pueblo con su mamá y encontró la muerte. El lo vio desde el otro lado de la ruta, al que Gabriel quería ir corriendo al reconocer a su familia.

La inocencia le jugó una mala pasada, y no hubo tiempo de advertirlo. De acuerdo a lo que aparece en las cámaras de seguridad de la localidad, el menor venía desde calle Santa Fe, cruzó las vías caminando con sus hermanos y su mamá. Al llegar a la intersección de Pellegrini y Buenos Aires (la ruta nacional 11) corrió detrás de un camión con intenciones de cruzar, sin observar que venía en la otra dirección una camioneta Duster Oroch, conducida por un vecino de la localidad, que pese a que lo intentó no tuvo margen de maniobra. Lo chocó y un duro golpe en la cabeza de niño fue determinante. La ambulancia del Centro de Salud local lo llevó de urgencia al hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde ingresó con un traumatismo grave. Poco después por su estado crítico fue derivado al Víctor J Vilela, donde falleció en la madrugada.

Graves lesiones

En diálogo con La Capital, la directora del hospital rosarino, Viviana Esquivel, confirmó que “el chico falleció en la madrugada (de ayer). Había sido derivado desde el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria con politraumatismos graves y fue intervenido neuroquirúrgicamente pero lamentablemente dejó de existir. Ahora se le dio intervención a la Fiscalía”.

Por su parte, el conductor del auto, Enrique F. de 44 años, oriundo de la localidad, se puso a disposición de la fiscal Melisa Serena de San Lorenzo, quien le abrió una causa por homicidio culposo y luego le otorgó la libertad.

Para La Capital.