Hace unos días atrás comenzó una cruzada en redes sociales para conseguirle una heladera a un matrimonio búlgaro que vive en Oliveros hace más de diez años. Pasaron días muy difíciles, donde decidieron regresar a su país natal. Hoy con la sonrisa desplegada reconocieron que tiene una heladera donada y trabajo para realizar.
El idioma no es impedimento, pero que no son de acá se nota enseguida. Al tomar el teléfono para dialogar con IRÉ Stefan antes de decir hola dijo: “Les agradezco mucho”. Afortunadamente, un vecino solidario les regaló una heladera que necesitaban desde finales de diciembre y además fue convocado para lucirse en su profesión de herrero. En pocas palabras el hombre simplificó: “Tranquilidad”.
Esteban o Stefan en búlgaro, sintió que “dios le dio una nueva oportunidad” gracias a que un amigo del pueblo, Danio Ganuza, difundió su historia y muchos vecinos de la región se solidarizaron. Aunque todavía falta mucho por hacer. Los abuelos, porque ambos tienen más de 70 años, no tienen jubilación ni pensión.
Stefan y Grozpanka viven en Guayquiraro 230, y en medio de todos estos inconvenientes y sin encontrar la salida decidieron regresar a su país natal, donde están sus hijos y nietos. Gracias a todos los que sumaron su granito de arena para darle a esta historia un final lleno de amor.