Suena el teléfono fijo. Una voz femenina llorando del otro lado comienza: “Hola mami, me robaron”. Entre el sueño y la preocupación, el miedo se adueña del receptor de la llamada. Así operan los estafadores que luego piden “ayuda”. Durante las madrugadas de este fin de semana, al menos cinco vecinos atravesaron la misma escena. Afortunadamente, ninguno cayó en la trampa y cortaron el teléfono.
Fue un gran susto para al menos cinco familias. A todas les robaron la tranquilidad de la noche, pero no más que eso. En la madrugada del sábado, alrededor de las 3.30 horas Mariel escuchó el teléfono, salió rápido de la cama y atendió. Una mujer simuló ser una de sus hijas y le contó que le habían robado y luego golpeado. “Le dije que se escondiera y llame a la policía, pero me cortaron”, describió a IRE la víctima.
Inmediatamente se contactó con la joven que estaba en Maciel, fuera de peligro y confirmó que el robo nunca sucedió. Lo que los alertó es que no es la primera vez que les pasa. Recibió un llamado similar el pasado 3 de marzo. La mujer radico la denuncia en la comisaría 12º.
Ayer, IRE publicó lo sucedido para avisarle a la comunidad y evitar que caigan en este tipo de estafas telefónicas o cuentos del tío. Y la sorpresa fue que durante el último día al menos cuatro personas más vivieron la misma experiencia, con el mismo relato a altas horas de la noche.
Afortunadamente todos cortaron y no les siguieron el juego a los timadores que buscan, con los datos que puedan ir recolectando en la comunicación, robar dinero desde la virtualidad. Por eso, es importante que no se brinden datos personales, que corten inmediatamente y se comuniquen con la comisaría.